Noche de amigos, cena y copas para el Rey Felipe VI (sin Doña Letizia)

Nueve de la noche. Tres cochesde alta gama paran en la calle Antonio Acuña, esquina Doctor Castelo, en las inmediaciones de El Retiro (Madrid). Desplieguediscreto, lejos de la línea de la película El guardaespaldas. Aunque esta vez no era una cantante, sino un rey el protagonista de la historia. Sus escoltas, vigilantes, entraron en el restaurante elegido por Don Felipe. Salvo la gente de la zona que paseaba a esas horas con sus perros y que notó movimiento inusual, nadie se percató de que el Jefe del Estado estaba a punto de compartir una cena con un grupo reducido de amigos.

El soberano se bajó del coche solo, sin su reina. Entró en Vinos de Bellota, un restaurante que regenta un hombre llamado Fernando, natural de Extremadura y amante de la cocina de mercado. En la barra larga varios clientes tapeaban a lo suyo y tampoco dieron mayor importancia a la presencia real. Incluso algunos ni se enteraron, porque el despliegue de seguridad fue más que correcto. Tampoco había fans que quisieran hacerse un selfie con elRey. Con lo cual la tranquilidad estaba asegurada, cosa que no suele suceder con la reina Letizia, cuyos admiradores se mueren por tener una imagen con ella.

Esa noche la consorte real no acompañaba a su marido, igual que sucede a menudo a la inversa, cuandoella acude a conciertos de música indie ose reúne con el grupo de chicas periodistas en alguno de los restaurantes que frecuentan sus excolegas y que, por motivos de economía doméstica, no supera los 30 euros.

La cena de Don Felipe también fue de perfil bajo, porque se trata de un localcon precios razonables donde el atractivo es la carta con platos caseros. El Rey compartió con sus amigos salmorejo, salteado de boletus y habitas baby al Pedro Ximenez y huevos rotos con jamón ibérico. De postre, mojitos de mandarina, fresa yvinos de bellota.