Los Reyes son recibidos en Luxemburgo entre ‘vivas’ a la República
El Gran Duque Enrique de Luxemburgo, acompañado por su heredero, Guillermo, ofreció este martes en el Palacio Gran Ducal una cordial bienvenida a los Reyes de España,
El Gran Duque Enrique de Luxemburgo, acompañado por su heredero, Guillermo, ofreció este martes en el Palacio Gran Ducal una cordial bienvenida a los Reyes de España, que llegaron esta mañana a la capital luxemburguesa en su primera visita oficial a ese país, a la que seguirá mañana un viaje a Bélgica.
Entre aplausos de luxemburgueses y españoles que aguardaban su llegada y gritos de "Viva la República", inmediatamente respondidos por otros de "Viva el Rey" y "Viva la Reina", los Reyes fueron recibidos a pie de automóvil en la entrada del palacio por el Gran Duque Enrique, que estrechó muy amistosamente la mano de Don Felipe y Doña Letizia, a quien saludó además con dos besos.
El gran duque heredero Guillermo, a cuya boda asistieron hace dos años, había acudido a recibirlos al aeropuerto de Luxemburgo y los acompañó hasta el céntrico palacio, un edificio renacentista español que lucía las banderas de los dos países y de la UE y ante el que se celebró una ceremonia oficial de bienvenida con guardia de honor, interpretación de himnos y revista a las tropas.
El Gran Duque Enrique de Luxemburgo, acompañado por su heredero, Guillermo, ofreció este martes en el Palacio Gran Ducal una cordial bienvenida a los Reyes de España, que llegaron esta mañana a la capital luxemburguesa en su primera visita oficial a ese país, a la que seguirá mañana un viaje a Bélgica.
Entre aplausos de luxemburgueses y españoles que aguardaban su llegada y gritos de "Viva la República", inmediatamente respondidos por otros de "Viva el Rey" y "Viva la Reina", los Reyes fueron recibidos a pie de automóvil en la entrada del palacio por el Gran Duque Enrique, que estrechó muy amistosamente la mano de Don Felipe y Doña Letizia, a quien saludó además con dos besos.
El gran duque heredero Guillermo, a cuya boda asistieron hace dos años, había acudido a recibirlos al aeropuerto de Luxemburgo y los acompañó hasta el céntrico palacio, un edificio renacentista español que lucía las banderas de los dos países y de la UE y ante el que se celebró una ceremonia oficial de bienvenida con guardia de honor, interpretación de himnos y revista a las tropas.