Froilán y el Rolex de oro falso

Froilán ha demostrado que es un chico avispado y con recursos. Si hace dos años era capaz de llevar amigos adolescentes a las discoteca Pacháy Joy Eslava en las sesiones light, hace unos días reaccionó con mente empresarial parecida a la del 'pequeño Nicolás' y sus pseudonegocios.

A principio de la semana pasada, el hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar entraba a las cinco de la tarde en una joyería del barrio de Salamanca de la capital acompañado de tres amigos que discutían sobre la autenticidad de un reloj dorado de la marca Rolex que el joven llevaba en la mano. La conversación era a tres bandas: “Anda, tío, que no tienes ni zorra idea”, señalaba uno de los amigos de Froilán. “Y túmenos”, decía el otro. “Que este Rolex no es falso, que es bueno”, aseguraba el nieto preferido de Don Juan Carlos.

Por supuesto, este diálogo iba acompañado de gestos e interjecciones más propias en las conversaciones de hombretones de muelles de carga que en boca de la tribu pija. Los clientes que en ese momento se encontraban en la tienda no daban crédito a lo que estaban viendo, tanto por la presencia del nieto de Juan Carlos I como por la actitud del grupo, que ni siquiera dio las buenas tardes.

Froilán se acercó al mostrador y le entregó el Rolex que alguno de ellos había encontrado en la calle. ¿Es verdadero? Le preguntó. Una vez que el profesional lo analizó en la zona del taller, se lo devolvió mientras les comunicaba que era falso. La cara de Froilán se ensombreció y de sus adentros le salió el pronto Borbón. “¡Pues vaya mierda!”, dijo mientras uno de sus amigos le recriminaba que no le hubiera hecho caso: “Tío, hemos hecho el ridículo”.

Y como entraron, se marcharon. Sin decir adiós y comentando la mala suerte que habían tenido al encontrar una copia en vez de un modelo de la firma de lujo.

Está más centrado

El hijo de Jaime de Marichalar y la infanta Elena continua con sus estudios en el internado de Sigüenza mientras su hermana, Victoria Federica, lo hace en un centro para señoritas en Londres. Este año el adolescente aprovecha más los estudios. Según comentaba su padre a Vanitatis, “Felipe no es un buen estudiante, peroahora está mucho más centradoy es consciente de que si no se comporta como debe, no sale el fin de semana. Lo sabe y por lo tanto cumple con las normas”.