Kardam de Bulgaria: el funeral de los reencuentros

Este lunes se oficiaba en la iglesia de Los Jerónimos de Madrid el funeral por el rito ortodoxo y católico de Kardam de Bulgaria, el hijo primogénito de Simeón y Margarita Gómez-Acebo. En el caso de que se restaurara la monarquía en el país, él habría sido el futuro rey. Ahora lo es Boris, el joven de 18 años que acompañó en todo momento a su madre, Miriam Ungría.

La celebración religiosa fue casi de carácter institucional, aunque no figuraba en la agenda oficial del llamado núcleo duro de Zarzuela, formado por los Reyes Felipe y Letizia y Don Juan Carlos y Doña Sofía. Se trataba de una “acto privado” y, por lo tanto, no existía información previa acerca de qué miembros de la Casa Real acudirían (si es que pretendían acudir) a las honras fúnebres por el alma de Kardam de Bulgaria, a las que desde Holanda, la familia Orange sí había informado de la asistencia de los reyes Guillermo y Máxima y la princesa Beatrizala capital. Por eso, fue una sorpresa la presencia de la familia del Rey al completo, una situación impropia en los últimos años porque aparentemente no mantienen entre ellos desde hace tiempo una relación fluida.

Algunos de los invitados lo definieron como “el funeral de los reencuentros”. Y efectivamente así fue. Por un lado,la sorprendente llegada de la infanta Cristina, que hasta ahora se mantenía alejada de la jefatura del Estado. Desde el homenaje al abuelo, el rey Pablo en Grecia, los hermanos no habían coincidido públicamente en el mismo espacio físico. Sobre todo con la Reina Letizia, a la que la imputación del matrimonio Urdangarin la elevó en el escalafón real. Doña Letizia ha sido siempre consciente de que con los actos de sus cuñados casi desaparece la empresa que tiene que heredar su hija, la princesa de Asturias.

A su vez, Doña Letizia se reencontró con Don Juan Carlos, que saludó a su hijo con el protocolo establecido de un Rey de menor rango al titular: bajando la cabeza. Con el padre de su marido los vínculos afectivos han sido regulares, por no decir nefastos, como contaba la periodista Ana Romero en su libro Final de partida. Entre ellos la química no ha existido nunca, como tampoco entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar desde que se divorciaron ,y que también acudieron al funeral de Kardam. Los temas de conversación entre ellos se centran exclusivamente en la educación de Froilán y Victoria. Nada más. Hace un año,la infanta acudía al domicilio de la familia Marichalar cuando murió Concepción Saénz de Tejada, madre de Jaime y abuela de los nietos. Una señora ejemplar que fue siempre el hilo componedor entre el exmatrimonio.

Rosario Nadal, divorciada de Kiril, segundo hijo de Simeón y Margarita Gómez-Acebo, no formó parte del cortejo protocolario como era preceptivo, aunque llegó a la iglesia con la viuda, Miriam Ungría. Llamó la atención que, una vez finalizado el acto religioso, salió de la iglesia y se sentó en un banco de la calle en vez de irse con la familia política. Rosario vive a caballo entre Londres y México, donde ejerce de directora adjunta del Museo Jumex. Tiene un novio artista, Anri Sala, al que presentó a los amigos mallorquines hace dos años. La relación con su exsuegros es más social que familiar.

Y por ultimo, y aunque no formen parte del entramado real, fue la primera vez que públicamente acudían juntos el exmatrimonio formado por Ioanna Vardinoyanis y Antonio Fournier, que se divorciaron recientemente. Tras unos primeros desencuentros, la expareja llegó a un acuerdo amistoso. De ahí que acudieran juntos al oficio religioso.