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Muchas ostras y champán pero nada de Familia Real en la cena de armadores
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MAR FLORES Y MERINO DIERON LA NOTA DE COLOR

Muchas ostras y champán pero nada de Familia Real en la cena de armadores

Se tenía la esperanza que acudiera algún miembro de la Familia Real. Se llegó a decir que acudiría el Rey emérito, como durante tantos años, pero nada de nada. Eso sí, a cambio, muchos vips vestidos de blanco

La tradicional cena de armadores en el Club Náutico de Palma es una de las convocatorias fijas del verano en Palma. Se organiza la noche anterior a la entrega de trofeos de la Copa del Rey de Vela y marca la despedida de los regatistas y patronos hasta la edición del año siguiente. Una de las característica de esta velada deportiva la marca la vestimenta de los invitados. No es obligatorio, pero se sugiere que se acuda vestido de blanco. Y así lo hicieron todos, salvo Mar Flores y Javier Merino, que no sabían de esta costumbre y, por lo tanto, fueron a su aire. El empresario se disculpaba: "Nadie nos dijo nada". Lo bueno que tienen las convocatorias en la isla es que la gente se preocupa poco del vecino.

Visualmente resultaba impactante la imagen de mas de 500 personas todas vestidas con el mismo color. Según contaban, esta tradición se remonta a los inicios de las regatas y tenía que ver con los uniformes de gala del ejercito de la Marina, donde tanto los cuadros de mando como la marinería van de ese color. Durante años el Rey Juan Carlos acudía a la fiesta, que no era tan multitudinaria como ahora.

Para el entonces príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina la cena de armadores marcaba el paso de su mundo infantil al adulto. Muchos de los asistentes aún recordaban la imagen adolescente del hoy Rey de España en sus apariciones en el club náutico cuando las niñas de su edad se derretían al verlo. Como dijo en su día la Reina Letizia, “las costumbres están para cambiarlas". Y de hecho hace varios años que ya no hay representación Borbón en esta fiesta de blanco.

Podría haber acudido la infanta Elena, que veranea junto a sus hijos Froilán y Victoria Federica en la isla, pero parece que prefiere mantener un perfil bajo, igual que la Reina Sofía, a la que aún no se la ha visto en su paseo habitual por las calles de Palma acompañada de su hermana Irene y de algunos de sus nietos, como hacia otros veranos. Las niñas Borbón Ortiz también permanecen enclaustradas y se espera que el fin de semana hagan una salida ecológica por la isla.

Retomando la fiesta, en un momento de la noche corrió el rumor de la presencia del Rey emérito en en el náutico. El globo se desinfló en poco tiempo. Don Juan Carlos ni está ni se le espera en Palma. Prefiere unas vacaciones con amigos a la vida familiar de Marivent. Continúa con su periplo viajero como mejor representante de "españoles por el mundo" y deja la visibilidad a su hijo Felipe y a la Reina Letizia.

Ilustres invitados

A falta de representación real, hubo vips que no quisieron perderse el festejo que presidía Javier Sanz, presidente del club náutico, acompañado de su mujer, Carmen Mariano. Rocío Bacharat fue la encargada de convocar a los famosos, que acudieron gratis total, un éxito dado los tiempos que corren, donde lo habitual es cobrar por posar en un photocall.

Carla Goyanes y su marido, la piloto Carmen Jordá, Belén Quijada, Rafa Medina y Laura Vecino, Encarna Matos Tejedor, responsable de marketing, Boris Izaguirre, Carlos Moyá y Carolina Cerezuela, Lorenzo Quinn y su esposa... La pareja valora pasar mas tiempo en Palma. “Aquí se vive muy bien y la calidad de vida para los niños es fantástica. En octubre aún pueden ir a la playa", declara Carolina a Vanitatis. La actriz continuará con su programa en TVE y prepara lo que será el bombazo: un disco compartido con Jaime Anglada, el amigo de Felipe VI. "No he cantado en mi vida. Un día me escuchó y me lo propuso. No puedo contar mucho más... La gente se va a sorprender".

Otra de las invitadas fue Norma Duval, quien veranea en Palma "de toda la vida”, como se encarga recalcar a este medio. La vedette es una enamorada de la isla: “Me encanta y es el lugar donde consigo relajarme. Estoy con mis hijos y mis sobrinas, que están preciosas". Norma se refiere a las hijas de su hermana Carla, que viven con ella desde que esta murió. "Su padre vendrá en unos días para estar con ellas. Nos llevamos todos muy bien". Norma prepara para octubre un gran Oulet con la participación de grandes firmas nacionales e internacionales que ofrecerán su mercancía a precio low cost. "Está ya todo organizado y va a ser una convocatoria muy importante. Será en El Pueblo Español, el recinto propiedad de Matthias (su novio) aquí en Palma", contaba una Duval que por ahora no tiene intención de retomar su vida artística y prefiere la empresarial.

Una de las mujeres mas impactantes fue Cristina Macaya que llegó con su amigo el diseñador Santiago Bandrés. Estuvo solo un par de horas porque tenía invitados en su casa, a los que tenía que atender. A diferencia del año anterior, el miércoles no fue convocada a la recepción que ofrecieron los Reyes a las autoridades de Palma y a la sociedad civil. Tampoco la quitó el sueño. Según comentaron algunos invitados extrañados de la no invitación a Macaya, la razón tendría que ver con el punto y aparte que ha establecido el Rey Felipe. Algo así como el antes y el ahora de las amistades reales.

Como anécdota de la noche, señalar que uno de los atractivos del cóctel fueron las ostras y el champán a demanda. Al final de la noche aún quedaban bandejas sobre lecho de hielo sin probar.

La tradicional cena de armadores en el Club Náutico de Palma es una de las convocatorias fijas del verano en Palma. Se organiza la noche anterior a la entrega de trofeos de la Copa del Rey de Vela y marca la despedida de los regatistas y patronos hasta la edición del año siguiente. Una de las característica de esta velada deportiva la marca la vestimenta de los invitados. No es obligatorio, pero se sugiere que se acuda vestido de blanco. Y así lo hicieron todos, salvo Mar Flores y Javier Merino, que no sabían de esta costumbre y, por lo tanto, fueron a su aire. El empresario se disculpaba: "Nadie nos dijo nada". Lo bueno que tienen las convocatorias en la isla es que la gente se preocupa poco del vecino.

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