Carlos Felipe y Sofía de Suecia y su particular versión de 'Esta casa es una ruina'

Tres meses después de su enlace matrimonial, el príncipe Carlos Felipe y Sofía siguen sin residencia fija. Antes de su matrimonio, la pareja ya comunicó que tenía intenciones de mudarseaVilla Solbacken, una mansión ubicada en el este de Estocolmo, en el barrio de Djurgården, en la que residieronBertil y Lilian, tíos abuelos del príncipe, hasta el fin de sus días. Sin embargo, una seriede problemas han impedido que Carlos Felipe y Sofía hayan podido llevar a cabo uno de sus sueños.

El proyecto inicial del futuro matrimonio era mudarse después de su luna de miel y realizar en los meses anteriores a la boda algunos cambios con la intención demodernizar la vivienda. No obstante, nada más ponerse manos a la obra descubrieron el primer contratiempo. La casa en la que querían vivir estárepleta de asbesto–también conocido como amianto–, una sustancia que se utilizaba en la construcción en los años setenta y que fue prohibida en 1982 por su alta toxicidad. Este material es muy dañino para la salud y, según expertos en la materia, a la larga puede causar untumor pleural.

Conociendo estehecho, los príncipes decidieron esperar a que los obreros retiraran todo el asbesto para poder mudarse con total seguridad. Pero ahora, cuatro meses después de la decisión, las obras todavía no han empezado. Según publican varios medios suecos, "Carlos Felipe y Sofía estarían reconsiderando la idea de mudarse a Villa Solbacken ya que les está dando muchos problemas". A todo esto hay que sumarle que cualquier reforma que hagan en la casa deberá correr a cuenta de sus bolsillos, pues la corte real sueca no se hace cargo de remodelaciones de residencias privadas. De momento, los príncipes siguen viviendo en un apartamento que Carlos Felipe adquirió en el parque deDjurgården.