La última oportunidad de Magdalena de Suecia para poder seguir viviendo en Londres
La princesa debe tomar una decisión para que sus hijos puedan conservar sus títulos de príncipes reales. Magdalena ya ha pensando en una opción para no 'trastocar' demasiado su vida
La princesa Magdalena está en la cuerda floja. La hija de los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia tiene un gran problema por delante y tome la decisión que tome el resultado no será del todo satisfactorio para ella y para su familia. Cuando nació la princesa Leonore en febrero de 2014, Magdalena decidió que todos sus hijos llevarían el título de príncipes reales y estarían presentes en la línea de sucesión al trono sueco. No obstante, este privilegio tiene un inconveniente que parece que la princesa no advirtió en su momento.
Tal como marca el artículo 4 de la Constitución de Suecia, “los príncipes y princesas de la Casa Real deberán ser educados en la misma fe y dentro del Reino”. Esta ley obligará a Magdalena y a Chris O'Neill a dejar Londres, ciudad a la que acaban de trasladarse, y mudarse al país escandinavo si quieren mantener las dignidades de Leonore y Nicolás. Esto podría crear un problema entre el matrimonio, pues el empresario multimillonario ya ha contado en diversas ocasiones que no puede dejar de lado sus negocios porque él es quien “da de comer a su familia”.
La princesa Magdalena es consciente del problema que se le viene encima cuando su primogénita deba escolarizarse y por ello ya está intentando buscar una solución por la que pueda seguir viviendo en Londres y que sus hijos no sean apartados de la Corona sueca. Según cuenta la periodista Lena Millen en el diario 'Aftonbladet', Magdalena ha estado sopesando la posibilidad de que sus hijos se eduquen en un prestigioso colegio sueco ubicado en Londres para intentar 'saltarse' las leyes de Suecia. Así, Chris podría continuar con sus negocios en Reino Unido y sus hijos podrían recibir una educación 'a la sueca'. La escuela por la que Magdalena ha mostrado interés es la Svenska Skolan, un centro en el que la mayoría de asignaturas se dan en sueco y en el que se educa bajo la fe luterana.
Aunque Magdalena decidiera finalmente apostar por esta estrategia, no sería del todo seguro que sus hijos mantuvieran sus títulos, pues la ley exige que sean educados “dentro del Reino” y en este caso no sería así. Asimismo, cabe destacar que el índice de popularidad de la princesa Magalena es el más bajo de todos los miembros de la familia real sueca, así que si decidiera escolarizar a Leonore y Nicolás en Londres, la prensa y muchos miembros del Gobierno se le echarían encima. De momento, ni la casa real sueca ni Magdalena se han pronunciado acerca de este tema, pero llegará un momento en el que deberán hacerlo y la princesa tendrá que decidir qué prefiere: que su marido deje sus negocios o que sus hijos pierdan sus títulos.
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La princesa Magdalena está en la cuerda floja. La hija de los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia tiene un gran problema por delante y tome la decisión que tome el resultado no será del todo satisfactorio para ella y para su familia. Cuando nació la princesa Leonore en febrero de 2014, Magdalena decidió que todos sus hijos llevarían el título de príncipes reales y estarían presentes en la línea de sucesión al trono sueco. No obstante, este privilegio tiene un inconveniente que parece que la princesa no advirtió en su momento.