El libro italiano que duda de la legitimidad del reinado de los Borbón en España

Madrid, 9 de noviembre. Felipe VI atiende la correspondencia ordinaria que llega a su despacho en Zarzuela. Naturalmente, la agenda oficial la prevé Secretaría; nos referimos a ese otro tipo de invitaciones, peticiones y asuntos diversos que requieren de su personal aquiescencia. Una nota deslizada entre dos sobres de papel manila le hacen levantar la regia ceja: “Su Majestad, mire Vanitatis. Sin falta”. El Rey, alarmado, pero aún sereno, teclea nuestra dirección http cerrando así la web de la NASA que tiene abierta por si entra alguna visita inesperada. Barrunta que va a encontrarse una andanada contra Doña Letizia. Pero no. Se trata de algo, acaso, mucho peor. Una investigación histórica que pone en duda la legitimidad del asiento que ocupa. No nos referimos al concreto, real y ergonómico sillón, sino al mismísimo derecho a ostentar la Corona de España. Según la información a la que ha tenido acceso Vanitatis, la dinastía de los Borbones podría haber llegado a Zarzuela merced a una artera impostura.

Acaba de levantarse en Italia la censura sobre ‘Secretum’, una obra que edita Baldini & Castoldi y que desgrana en clave novelada cómo se fraguó uno de los más sibilinos engaños de la historia, el que habría cambiado una estirpe por otra trayendo consigo el trágico balance de muertos de la Guerra de Sucesión. Resumimos: el rey Carlos II, último de los Austrias, firma un testamento en el que, sorpresivamente, designa como heredero al Borbón Felipe de Anjou, dinamitando la esperada sucesión por el archiduque Carlos de Habsburgo. Pero esa firma no es la suya. ¿Mera especulación infundada? ¿Artimaña editorial para vender novelas? ¿Rigor histórico vehiculado en una atractiva conjura? Rita Monaldi y Franceso Sorti, sus autores (también cofirman ‘Imprimatur’ y ‘Veritas’), responden a Vanitatis.

Pregunta: Se han ganado una merecida reputación como especialistas en novela histórica. ¿Cuánto de verdad y cuánto fabulado hay en sus obras?

Respuesta: En nuestras novelas ponemos en escena acontecimientos históricos escondidos, ignorados en los manuales de Historia, que nosotros descubrimos en los archivos. Solo recreamos lo que no logramos encontrar en los archivos. Empezamos a trabajar cada novela partiendo de los archivos rodeando todo cuanto nos habla acerca de aquel año, aquellos personajes y aquel lugar.

P: ¿Cómo acometen el desarrollo de sus novelas?

R: El hilo conductor es su protagonista, Atto Melani, y su misma vida: llegó a ser amigo de papas, cardenales y reyes, habiendo nacido en el pueblo de Pistoia, en el campanario de su catedral, en 1626. De niño el padre lo hizo castrar, una cosa que Atto lamentará toda la vida, a pesar del éxito y la riqueza que tuvo como cantante castrado. Fue agente diplomático del cardenal Mazzarino y del rey Sol. Enseguida se convirtió en hombre de confianza de Luis XIV, siendo depositario de importantes secretos, como hemos descubierto en algunas de sus cartas guardadas en los Archives du Ministère des Affaires Etrangères en París y que quedaron ocultas a los historiadores.

P: ¿Cuál fue la pista inicial que les hizo plantearse que la firma del último testamento de Carlos II podría haber sido falsificada?

R: Nos hizo sospechar sobre todo que Carlos II dijo y escribió varias veces que quería nombrar heredero a otro Carlos, séptimo hijo del emperador austríaco Leopoldo de Habsburgo, e hizo de todo para que viajase a Madrid: temía que tras su muerte le impidiesen asumir el trono. Y tuvo razón; el Rey Sol se enteró y amenazó con bombardear el barco en que el heredero viajaría a España. El emperador Leopoldo, por miedo, rechazó mandar a su hijo a Madrid. Como Carlos II sostenía que “solo un Habsburgo es digno de un Habsburgo”, se nos ocurrió examinar la firma del testamento.

P: Entiendo que esa firma ha sido examinada por grafólogos de prestigio…

R: Por supuesto. Al estudiar la firma, nos percatamos de que es muy diferente de otras: trata de imitarla, pero mientras en las otras se ve a simple vista que son de la mano de un enfermo, esta [la que designa a Felipe de Anjou] es ágil y segura. ¡Muy extraño para un moribundo! Concluimos que debíamos realizar dos periciales grafológicas y consultamos con dos peritos judiciales, la doctora Tonini de Verona y el abogado Faiello de Nápoles. Han trabajado en paralelo y han llegado a las mismas conclusiones: la firma es falsa.

P: ¿Creen que un Habsburgo habría sido mejor rey para España que Felipe V?

R: Pensamos que la solución ideal habría sido la propuesta por el emperador José de Habsburgo, hermano de Carlos III: dejar Madrid a Felipe V y Barcelona a Carlos III. Habría sido un acierto en todo: la Guerra de Sucesión española habría acabado antes y Cataluña habría sido independiente. ¡Cuánta sangre, cuantos lutos y cuanto horror habría sido ahorrado! Pero desgraciadamente el emperador José murió de improviso, se supone que de viruela, a los 33 años. Nosotros creemos que fue asesinado, cuestión que planteamos en la siguiente novela, ‘Veritas’.

P: ‘Secretum’ ya fue publicado en 2006 por Salamandra. ¿Qué diferencia hay con esta nueva edición de Baldini & Castoldi?

R: Las dos ediciones son idénticas. Pero en Italia ha visto por fin la luz ahora que se ha solucionado el caso político-editorial que ha tenido nuestros libros alejados de nuestro país durante 13 años.

P: ¿Han sufrido algún tipo de presión o amenazas por sus investigaciones?

R: No, no tanto, pero sí hemos recibido expresiones de molestia que llegan hasta hoy.

P: El diario español 'El Mundo' publicó en 2007 que los primeros grafólogos a los que acudisteis para analizar la firma de Carlos II se negaron para no ofender a Juan Carlos I. ¿Es cierto?

R: Sí, en concreto, nos ocurrió con un famoso grafólogo de Viena. Si quiere, podemos darle su nombre pero solo 'off the record'.

P: Según su tesis, entonces, la dinastía Borbón no tiene legitimidad para ocupar el trono español. ¿Cómo creen que sentará esta noticia a Felipe VI, el actual rey?

R: Felipe tiene mayores problemas, pero, quizá, cuando se encuentre una noche rogando que Dios lo ayude, lo hará suplicando, como el Enrique V de Shakespeare, que no tenga en cuenta el engaño con que sus antepasados accedieron a la Corona.

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