Mette-Marit se pronuncia sobre la historia que conmueve a los noruegos
"No habría ningún problema si uno de mis hijos se hiciera amigo de un niño seropositivo", ha dicho la princesa a un periodista que le preguntaba por el debate que se genera estos días en su país
Desde hace unos días la prensa noruega se hace eco de una historia que ha generado un amplio debate. Se trata de un niño al que, tras diagnosticarle VIH positivo, sus padres han aconsejado que viva la enfermedad en silencio, que no comente nada de su estado de salud ni a profesores ni a compañeros de colegio. Esta decisión ha causado una gran controversia entre quienes no están de acuerdo con sus padres y quienes, como ellos, creen que confesar que es VIH positivo puede llevar a que el pequeño sea marginado y criticado.
Al tratarse de una de las cuestiones más candentes del país, los medios de comunicación no han desaprovechado la oportunidad de preguntarle a la princesa Mette-Marit qué piensa de este asunto. “Es triste e injusto que la ignorancia de unos adultos repercuta en ti. No tienes nada de lo que avergonzarte y nada que ocultar”, ha dicho la esposa de Haakon de Noruega en un mensaje dirigido directamente al menor.
Al ver que la princesa se mostró muy accesible con este tema, la prensa se atrevió a preguntarle también qué haría si un amigo de sus hijos fuese seropositivo. “No habría ningún problema si uno de mis hijos se hiciera amigo de un niño seropositivo. Así es cómo se determina qué clase de amigo eres”, respondía Mette-Marit con espontaneidad.
Muchos de los periodistas se quedaron perplejos al ver la naturalidad con la que la princesa respondía a las preguntas, sobre todo porque no es habitual que los miembros de la familia real noruega se atrevan a comentar casos individuales con la prensa. Sin embargo, Mette-Marit siempre ha ido un paso por delante en este tema, y si logró ganarse de algún modo la simpatía de sus compatriotas, fue con su sinceridad.
15º aniversario de su compromiso
Precisamente este martes se cumplen 15 años de su compromiso con el príncipe Haakon. Un compromiso no exento de polémica debido al pasado de la entonces aspirante a princesa. Su sangre plebeya, sus coqueteos con el alcohol y las drogas, y un hijo fruto de una relación anterior convertían a Mette-Marit en todo lo que los noruegos no querían para su heredero al trono. Pero la imagen de la actual princesa cambió de forma radical cuando días antes de su boda se dirigió a todos los noruegos en un mensaje de claro arrepentimiento: "Yo estaba en un ambiente donde se rompen muchos esquemas y de verdad lo siento. He tenido experiencias por las que he pagado muy caro. Para que no haya dudas sobre mi posición hoy, me gustaría aprovechar esta oportunidad para condenar las drogas, pero por mucho que quisiera no puedo recuperar ni cambiar el pasado."
Aquellas compungidas palabras que estuvieron acompañadas por lágrimas mostraron el lado más humano de la esposa de Haakon. El mismo que estos días ha vuelto a dejar al descubierto hablando de un niño con VIH positivo y que, igual que ocurriera hace 15 años, ha vuelto a conquistar a los noruegos.
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Desde hace unos días la prensa noruega se hace eco de una historia que ha generado un amplio debate. Se trata de un niño al que, tras diagnosticarle VIH positivo, sus padres han aconsejado que viva la enfermedad en silencio, que no comente nada de su estado de salud ni a profesores ni a compañeros de colegio. Esta decisión ha causado una gran controversia entre quienes no están de acuerdo con sus padres y quienes, como ellos, creen que confesar que es VIH positivo puede llevar a que el pequeño sea marginado y criticado.