Como cada 10 de diciembre, Suecia se engalanó para la entrega de los Premios Nobel, un acto en el que hemos disfrutado de un gran desfile de vestidos de alta costura y joyas de valor incalculable. La ceremonia de este año contó con la presencia de Sofía Hellqvist, quien acudió por primera vez como princesa sueca y duquesa de Värmland. Asimismo, Chris O'Neill y Magdalena, quienes se mantienen muy alejados de Suecia tras su traslado a Londres, viajaron a Estocolmo para no perderse la entrega de estos prestigiosos galardones. Hoy en Vanitatis te damos todas las claves del vestuario y las joyas de las tres princesas suecas.

La sorprendente tiara de Magdalena

Una de las grandes sorpresas de la jornada fueron las joyas que escogió la princesa Magdalena. La bejamina de los reyes eligió unos pendientes florales de diamantes del joyero privado de su madre y coronó su moño de estilo despeinado con la tiara Aquamarine Kokoshnik. Se trata de una valiosa joya realizada con diamantes y aguamarinas que debe su nombre a su semejanza con los 'kokoshnik', los típicos tocados rusos. Llegó a la familia real sueca a través de la reina Margarita de Connaught, quien contrajo matrimonio con el futuro rey Gustavo VI. La reina murió repentinamente a los 38 años y sus joyas fueron repartidas entre sus seis hijos. Durante años, la diadema estuvo desaparecida hasta que en 1932, la princesa Sybilla de Sajonia Gotha-Coburgo, madre del actual rey, la lució en la cena previa a su enlace matrimonial con el príncipe Gustavo Adolfo. A partir de entonces, pasó a formar parte del joyero real.

La princesa Sybilla dejó la tiara en herencia a su primogénita, la princesa Margaretha, hermana de Carlos XVI Gustavo. Margaretha la utilizó en su enlace matrimonial con John Ambler y su hija, Sybilla Ambler, hizo lo propio en 1998. Desde entonces, la diadema permaneció 'escondida' hasta que en 2010 la propia Margaretha la lució en la boda de la princesa Victoria con el príncipe Daniel. Al pertenecer a la princesa Margaretha, la diadema no fue lucida por el resto de las damas de la familia Bernadotte. Hasta ahora. Según se especula en los medios suecos, tras la aparición de la tiara en la cabeza de Magdalena, el rey habría llegado a un acuerdo con su hermana para que la joya vuelva a la casa real y así no se divida el patrimonio de la Corona.

Como vestuario, la princesa Magdalena estrenó un vestido con mangas transparentes y botonadura en el escote realizado con organza de seda color gris del diseñador sueco Fadi El Khoury, el mismo que la vistió en los Premios Nobel 2014. Aunque los vestidos de las damas suelen ser los secretos mejor guardados de estas veladas, la empresa británica de telas Beckford Silk cometió un pequeño descuido y anunció vía Twitter que una de las princesas suecas utilizaría “10 metros de organza de seda color gris pizarra de Beckford Silk” para la ceremonia de entrega de los galardones. La esposa de Chris O'Neill completó su 'look' con una cartera de mano joya y unos impresionantes salones de Gianvito Rossi.

El ombligo de Victoria

Otra dama que causó verdadera sensación fue la princesa Victoria de Suecia. La heredera, que se encuentra en el séptimo mes de gestación de su segundo hijo, lo tenía muy difícil para escoger vestuario. Pero la primogénita de los reyes consiguió salir victoriosa con un diseño en color berenjena de la firma sueca By Malina. Se trata de un vaporoso vestido con falda plisada y escote en 'V' que la heredera cubrió con una capa transparente. Cabe destacar que más que su 'look', lo que llamó la atención de Victoria fue su ombligo. Y es que a causa de su avanzado embarazo, a la heredera se le veía un ombligo muy prominente. Su gran barriga ha suscitado varios comentarios en estas últimas semanas, pues hay quienes aseguran que la princesa estaría esperando gemelos.

En lo que se refiere a joyas, la princesa Victoria no innovó demasiado y lució la tiara Connaught que ya llevó en el enlace matrimonial de su hermano, el príncipe Carlos Felipe, con Sofía Hellqvist el pasado 13 de junio. Se trata de una histórica diadema realizada con diamantes de diferentes tipos de talla que representa una guirnalda haciendo cinco bucles de los que cuelgan gotas de diamantes. Fue un regalo que los duques de Connaught, Arturo de Sajonia-Coburgo-Gotha y Luisa Margarita de Prusia, le hicieron a su hija Margarita con motivo de su boda con el entonces príncipe Gustavo Adolfo, después Gustavo VI Adolfo. Al fallecer, Margarita dejó la tiara a su hijo, el príncipe Carlos Gustavo, quien se la dio a su esposa, la princesa Sybilla, que a su vez se la dejó en herencia a su único hijo varón, el actual rey.

El resto de alhajas escogidas por la heredera pertenecían al aderezo de amatistas de la reina Josefina de Leuchtenberg, del que destaca una gran tiara que Victoria prefirió no lucir para no sobrecargar su estilismo. Lo que sí llevó fue el collar, realizado a partir de dos brazaletes, los pendientes y un pequeño broche. Asimismo, lució una pulsera de diamantes de la fundación Bernadotte. El único pero que se lo podría poner a Victoria es su reloj. Normalmente, en los actos de esta envergadura es mejor prescindir de reloj, pues, por mucho que sea de lo más valioso, le da un toque de informalidad a todo el atuendo.

Sofía y su polémica diadema

La princesa Sofía era la más esperada de la jornada. El año pasado ya asistió a la entrega de los Premios Nobel, pero lo hizo como prometida del príncipe Carlos Felipe, por lo que al no ser todavía princesa no pudo lucir tiara. En esta ocasión, una de las cuestiones más esperadas era saber qué joyas utilizaría la nuera de los reyes y la elección final ha sido un tanto decepcionante. Sofía ha vuelto a lucir la diadema de diamantes y esmeraldas que llevó en su enlace matrimonial con Carlos Felipe. Se trata de un regalo que le hicieron los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia con motivo de su boda y poco o nada se sabe de la procedencia de dicha alhaja, tan solo que su uso está reservado a Sofía.

El hecho de que los reyes de Suecia regalaran una tiara a Sofía suscitó una gran polémica. Las malas lenguas aseguraron que los soberanos, en consenso con sus dos hijas, Victoria y Magdalena, quienes no acaban de aceptar a su nueva cuñada, decidieron entregarle una diadema sin pasado histórico a la esposa de Carlos Felipe para que no tenga que utilizar alguna del joyero real de los Bernadotte. Esta entrega de los Premios Nobel iba a ser una ocasión ideal para ver si esta información era cierta, pues si Sofía llevaba otra diadema significaba que esos rumores eran falsos. Sin embargo, la futura mamá ha vuelto a lucir su tiara nupcial, por lo que la teoría de la 'marginación' toma más fuerza que nunca.

Al igual que su cuñada Victoria, Sofía tenía el hándicap del embarazo a la hora de elegir vestuario y al igual que ella supo salir airosa de la situación. La esposa del príncipe Carlos Felipe, quien se encuentra en su sexto mes de gestación, estrenó un vestido negro confeccionado en seda con escote transparente y flores decorativas en el medio-bajo. Se trata de una creación de la colección primavera-verano del fallecido diseñador Óscar de la Renta. Su precio es de 76.000 coronas suecas, unos 8.000 euros. El resto del atuendo de Sofía lo formaban una cartera de mano en azul marino y unos salones negros.

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