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Henrik de Dinamarca reaparece y vuelve al trabajo tras su escandalosa jubilación
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en una entrega de premios

Henrik de Dinamarca reaparece y vuelve al trabajo tras su escandalosa jubilación

Tras tres meses fuera de la agenda oficial, el príncipe reaparecía esta Semana Santa para disfrutar de las vacaciones con su familia en el palacio de Marselisborg, en Aarhus

Foto: Henrik de Dinamarca (Gtres)
Henrik de Dinamarca (Gtres)

El pasado mes de enero, a sus 81 años, Henrik de Dinamarca decidía jubilarse. Una decisión razonable debido a sus problemas de movilidad si no fuera porque las continuas quejas del príncipe consorte por ser solo eso, príncipe, y no rey evidenciaban que su adiós se debía a otra cuestión: se trataba de una rabieta final, a un 'no aguanto más'.

Desde entonces el esposode la reina Margarita ha estado desaparecido. Bueno, no tanto como él quisiera. A Henrik se le ha localizado en varios puntos del planeta disfrutando de algunos viajes de ocio ysu periplo ha llegado a enfadar a más de un danés. Sin embargo, tras tres meses fuera de la agenda oficial, el príncipe reaparecía esta Semana Santa para disfrutar de las vacaciones con su familia en el palacio de Marselisborg, en Aarhus.

Allí ha aprovechado para descansar en compañía de su esposa, sus hijos, sus nueras y sus nietos en un paraje excepcional. Pero no todo iba a ser ocio y Henrik este lunes acudía a la entrega de los premios que llevan su nombre enla tradicional carrera de caballos que se celebra cada año por estas fechas en la ciudad danesa.

Se trata del primer acto del que forma parte tras su jubilación. Esa que llegó tras décadas solicitando ostentar el título de rey. “¿Por qué debo estar bajo mi esposa? ¿Por qué no puedo ser Su Majestad? Me enoja que me sometan a esta discriminación”, se ha quejado en alguna ocasión Henrik.

El pasado mes de enero, a sus 81 años, Henrik de Dinamarca decidía jubilarse. Una decisión razonable debido a sus problemas de movilidad si no fuera porque las continuas quejas del príncipe consorte por ser solo eso, príncipe, y no rey evidenciaban que su adiós se debía a otra cuestión: se trataba de una rabieta final, a un 'no aguanto más'.

Margarita de Dinamarca
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