Los duques de Cambridge están de celebración, pues se cumplen cinco años de una de las bodas del siglo. Fue el 29 de abril de 2011 a las 11:00 horas de la mañana cuando una emocionada Kate Middleton cruzaba las puertas de la abadía de Westminster para dar el 'sí quiero' al príncipe Guillermo. La novia lucía un vestido de Alexander McQueen (que ahora dicen que copió) elaborado con seda y encaje natural, que tardó en confeccionarse más de medio año. En el altar la esperaba su flamante futuro marido, el príncipe Guillermo, quien ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono británico.

La ceremonia, que fue retransmitida por 200 medios y fue vista por 72 millones de espectadores, duró 110 minutos y estuvo oficiada por el deán de Westminster, John Hall, que llevaba en el cargo desde 2006. Entre los 1.900 invitados había representantes de 21 casas reales: España, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, Bután, Brunéi, Kuwait, Lesoto, Luxemburgo, Malasia, Marruecos, Mónaco, Omán, Catar, Arabia Saudí, Tailandia, Émiratos Árabes y Suazilandia. La gran expectación creada alrededor de la boda, que costó a la Corona británica un total de 21 millones de euros, provocó que el turismo aumentase en un 80%. En la semana anterior y posterior al enlace matrimonial, Londres recibió 4 millones de turistas más de lo habitual, lo que supuso una inyección de 2 billones de libras a la economía británica. 

Cinco años después de esa mítica boda, los duques de Cambridge forman uno de los matrimonios más estables de la realeza. A pesar de que tuvieron un noviazgo algo turbulento, con rupturas incluidas, desde que se casaron parecen estar más felices que nunca. Esa felicidad se ha visto incrementada con la llegada de sus dos hijos. En julio de 2013, venía al mundo el príncipe George Alexander Louis, quien ocupa el tercer puesto en la línea de sucesión al trono por detrás de su abuelo Carlos y su padre. Un año y medio después, Kate daba a luz a una niña: Charlotte Elisabeth Diana. Junto a su esposa, sus dos hijos y su perro Lupo, el príncipe Guillermo ha encontrado la estabilidad que tanto le faltó durante su infancia a causa de los problemas matrimoniales de sus padres.

Durante este lustro, Kate se ha convertido en la verdadera protagonista de la crónica social británica. Todo lo que ella hace, dice o luce es noticiable. No es de extrañar que se haya convertido en uno de los miembros de la familia Windsor más populares. Pero si algo interesa por encima de todo de la duquesa de Cambridge es su estilo. En estos cinco años, la esposa de Guillermo ha lucido un total de 700 'looks' que han hecho de ella una de las mujeres más elegantes del mundo. Su aparición en varias listas especializadas avalan ese título. El mejor escaparate que tiene la duquesa para mostrar sus modelitos son los 'tours' que realiza junto a su esposo alrededor del mundo. De momento han visitado Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Islas Salomón, Malasia, Singapur, Estados Unidos, India y Bután y han resultado un éxito.

Pero no todo es un 'cuento de hadas' para los duques de Cambridge. Aunque a día de hoy pueden presumir de no haber protagonizado ningún escándalo de grandes características como el del príncipe Andrés y sus supuestos abusos sexuales o el de Sarah Ferguson con los papeles de Panamá, lo cierto es que en estos últimos meses la polémica no deja de perseguirles. Varios medios de gran importancia en Reino Unido parecen haberse puesto en contra de Guillermo y Kate y cuestionan cada una de sus actuaciones. El duque ha sido acusado en numerosas ocasiones de ser un 'workshy' (algo parecido a vago), ya que tan solo trabaja 80 horas mensuales como piloto de helicóptero y su agenda institucional es casi inexistente.

Por su parte, la duquesa de Cambridge también está en el 'ojo del huracán'. Aparte de los rumores de divorcio que persiguen a sus padres, Kate es muy criticada por anteponer su papel de madre a sus labores institucionales. Eso es lo que hizo en la celebración del Día de San Patricio, cuando, rompiendo una tradición de hace años, declinó asistir al acto por tener que cuidar de George y Charlotte. Asimismo, la visita que los duques acaban de realizar a la India y Bután no ha sido bien vista por algunos sectores de la prensa como 'The Sun', que aseguraba que más que un viaje oficial parecían unas vacaciones: "Jugaron al críquet, al tiro con arco, caminaron por la montaña y posaron delante del Taj Mahal [...] a eso se le llama vacaciones".

Sea como fuere, y a pesar de estos pequeños detalles negativos, lo cierto es que el príncipe Guillermo y Kate forman una pareja perfecta y son un 'activo' para la Corona británica. Aunque el trono todavía les queda un poco lejos, pues todavía debe pasar por las manos del príncipe Carlos, poco a poco van demostrando que están preparados para convertirse en el rey y la reina de Reino Unido. 

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