El 'mal rollito' de la familia real de Luxemburgo y su Gobierno escandaliza al pueblo

En la Corte de Luxemburgo hay de todo (sobre todo polémicas), pero no buen rollito. Un enfrentamiento entre la Gran Casa Ducal y el primer ministro, Xavier Bettel, ha dado el salto a los medios e incluso diversas publicaciones satíricas están poniendo en un aprieto las relaciones diplomáticas entre la primera familia de Luxemburgo y el poder político del país. Esta región no está acostumbrada a los escándalos, como sí sucede en España o Suecia, pero están aprendiendo a digerir una 'guerra interna' que cada día deja más perplejos a los ciudadanos.

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Al parecer, la sintonía entre la gran duquesa María Teresa y el primer ministro, el liberal Xavier Bettel, es nula. Siempre había pululado esta cuestión a modo de rumor, pero los últimos gestos públicos de la 'royal' vienen a confirmar esta situación en la que cada vez intervienen más colaterales. Ni los desmentidos oficiales han servido para relajar el tenso ambiente que se respira y ya son varios los medios que hablan de“fracaso de la política de renovación de la monarquía” o que existen “irregularidades en la gestión del patrimonio”.

La monarquía en Luxemburgo está en el punto de mira y son muchas las voces que reclaman una modernización de la institución. Esta propuesta popular es apoyada por Bettel, que llegó al poder tras 20 años de Gobierno democristiano, pero parece ser que los cambios internos en el personal de la casa no son del agrado del dirigente, que se ha visto en la tesitura de tener que reunirse con el gran duque Enrique, de 61 años, sobre quien recae toda la responsabilidad de la monarquía. A la reunión también asistieron el viceprimer ministro, Etienne Schneider, y el ministro de Justicia, Felix Braz, para conocer en primera persona el motivo de tanto movimiento extraño de personas de confianza de toda la vida por personal de nacionalidad francesa, todas ellas del mismo círculo de amigos, que podrían conformar algo así como un equipo de 'espías' en la jefatura del Estado.

Desde el Gobierno se asegura que la intención de reunirse no es la de poner trabas a la libre evolución de la monarquía: “No hubo ninguna reunión de crisis debido a problemas en la Corte Gran Ducal”, confesó el ministro de Justicia, Felix Braz, para tratar de calmar las aguas. Un intento fracasado, ya que las constantes reuniones entre el Gobierno y el jefe de Estado y los rumores de que entre ellos no existeni tan siquiera cordialidad está provocando una avalancha de dimes y diretes en los medios de comunicación del país.

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