Aiko de Japón y Gabriella de Mónaco, las dos víctimas de la variante de la ley sálica
Aunque viven a más de 9.000 kilómetros de distancia, a estas dos princesas les une el hecho de que hayan sido discriminadas por ser mujeres
El nacimiento de Aiko de Japón en 2001 fue una verdadera alegría para los príncipes Naruhito y Masako, quienes, tras varios intentos fallidos de inseminación artificial y algunos abortos, veían hecho realidad su sueño de convertirse en padres. Sin embargo, a la severa Casa Imperial y a los miembros del Gobierno nipón no les hizo tanta gracia. Ellos esperabancon ansiasque su heredero tuviera un varón para poder continuar con la dinastía, pues en Japónsigue estando vigente la ley sálica que impide que las mujeres puedan acceder al trono. A pesar de ser la única hija del próximo emperador, Aiko jamás se convertirá en emperatriz porque así lo estipulan unas leyes milenarias que nadie está dispuesto a modificar.
Cuando la joven princesa vino al mundo, los sectores más modernos y abiertos de la sociedad así como del Gobierno intentaron trasladar a la Corona la importancia de derogar una ley que dejaba en tan mala posición a las mujeres. Aunque se hicieron varios trámites y debates sobre ello, finalmente nunca se dijo nada más. Y menos después de que en 2006, el hermano de Naruhito, Fumihito, se convirtiera en padre de un varón, Hisahito. Nada hacía por aquel entonces presagiar que Fumihito y su esposaKikovolverían a 'abrir la fábrica de bebés' casi doce años después de dar la bienvenida a su segunda hija, la princesa Kako. Este gesto de la pareja real de querer tener un nuevo hijo se vio como una estratagema para conseguir el poder y un golpe claro para Naruhito y Masako: nosotros sí tenemos un varón que será el heredero.
Pero estos problemas con la ley sálica no son solo cosa del reino del sol naciente. Aquí en Europa también existen casos de monarquías que continúan teniendo problemas. Este es el ejemplo del pequeño principado de Mónaco, en donde sigue vigente la ley agnaticia, una variante de laleysálicaque sitúa a las mujeres por detrás de los hombres en la línea de sucesión al trono. Así pues, aunque la princesa Gabriella nació dos minutos antes que su hermano Jacques, será él quien algún día se convierta en soberano de la Roca dejándola a ella como a la eterna segundona.
Al igual que en Mónaco, en España también sigue estando vigente la ley agnaticia. Sin embargo, en el caso de la princesa de Asturias no ha tenido efectividad, pues los actuales Reyes no han tenido un varón que haya podido 'destronar' a Leonor. Asimismo, en Reino Unido los hombres tienen preferencia sobre las mujeres, pero tampoco se ha dado ningún problema porque los primogénitos de todos los reyes han sido varones: Carlos en el caso de Isabel II, Guillermo en el de Carlos y George en el de Guillermo.
Suecia logró cambiar la ley
Laprincesa Victorianació en 1977 siendo la primera hija delrey Carlos XVI Gustavoy la reina Silvia. A pesar de ser la primogénita, Victoria nunca fue considerada heredera, pues por aquel entonces estaba en Suecia la ley sálica. Lallegada desu hermano Carlos Felipey su designación como heredero desató una verdadera 'revolución feminista'.Las continuaspresiones de grupos feministas que veían en este hecho una discriminación hacia las mujeres lograron reformar la Constitución aboliendo la norma con carácter retroactivo, por lo que Victoria se convirtió automáticamente en la heredera dejando a su hermano el puesto de 'segundón'
A pesar de que la ley cognática lleva ya varias décadas vigente en Suecia, Carlos XVI Gustavo nunca pierde la oportunidad de recalcar que preferiría que Carlos Felipe fuera su heredero. Cuando se modificó la ley en 1980,el rey ya protagonizó una polémica al declarar que "personalmente, me gustaría que fuera Carlos Felipe mi sucesor. Además, estoy seguro de quelos ciudadanos suecos también prefieren un rey en el trono". Asimismo, en 2003 volvió a enfurecer a las feministas asegurando que"es absurda la nueva disposición de los herederos ynaturalmenteha sido un error. Una ley constitucional que actúa con carácter retroactivo es ridícula”.
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El nacimiento de Aiko de Japón en 2001 fue una verdadera alegría para los príncipes Naruhito y Masako, quienes, tras varios intentos fallidos de inseminación artificial y algunos abortos, veían hecho realidad su sueño de convertirse en padres. Sin embargo, a la severa Casa Imperial y a los miembros del Gobierno nipón no les hizo tanta gracia. Ellos esperabancon ansiasque su heredero tuviera un varón para poder continuar con la dinastía, pues en Japónsigue estando vigente la ley sálica que impide que las mujeres puedan acceder al trono. A pesar de ser la única hija del próximo emperador, Aiko jamás se convertirá en emperatriz porque así lo estipulan unas leyes milenarias que nadie está dispuesto a modificar.