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El nido de amor de Andrés y Fergie, demolido para construir una casa más grande
  1. Casas Reales
fue vendida en 2007

El nido de amor de Andrés y Fergie, demolido para construir una casa más grande

El matrimonio entre ambos se acabó en 1996. Veinte años después, aquella mansión ha sido demolida para construir sobre el terreno otra casa de campo un tercio más grande

Foto: La casa en ruinas de Fergie y el príncipe Andrés (Vanitatis)
La casa en ruinas de Fergie y el príncipe Andrés (Vanitatis)

Se llamaba Sunninghill, estaba en situado en Ascot (Bershire) y fue un regalo de bodas que sencillamente ya no existe. Isabel II construyó, allá por 1986, una casa de doce habitaciones para los duques de York, Andrés y Sarah Ferguson. Era el regalo de bodas para su hijo y una nuera a la que nunca acabó de querer del todo. El matrimonio entre ambos se acabó justo una década más tarde, en 1996. Veinte años después, aquella mansión ha sido demolida para construir sobre el terreno otra casa de campo un tercio más grande que la original.

La historia del domicilio tiene bastantes giros detrás. Esta comienza, como si fuese un relato, cuando Sarah Ferguson entra a formar parte de la familia Windsor. Fergie, como se la llamaba debido a su apellido, era la antítesis de la pompa real británica, un pez fuera del agua que ni siquiera poseía el encanto frágil de Lady Di que la redimiese de esas características que muchos británicos consideraban vulgares. El matrimonio entre los duques de York acabó desintegrándose debido a la disparidad de agendas entre el príncipe y ella. Tras la separación, Sarah se quedó viviendo con sus hijas en el idílico Sunninghill.

Foto: Sarah Ferguson en una imagen de archivo (Gtres)

Unos años más tarde, en 2007, Timur Kulibáyev, un multimillonario magnate del petróleo, acabó comprando la espectacular casa por un precio de 15 millones de libras, cifra muy por encima del precio de venta. Ese año, Fergie cambiaba también de vida. Adelgazó varios kilos y se deshizo, en parte, de la alargada sombra de haber pertenecido a la familia real británica. Cuentan en la prensa británica que el príncipe Andrés tuvo mucho más que ver en la venta de la casa de lo que en principio se dijo.

Aquel hogar, que incluso llegó a ser retratado por varios artistas, hoy es un amasijo de tablas, hierros y ladrillos. El derribo ha finalizado tras dos años en descomposición, con un significativo descuido en el cuidado de los jardines. Hasta tal punto estaba dejado que el consejo Blacknell Forest se planteó adquirir el lugar para albergar a los sin techo, algo que nunca llegó a buen término. Los planes de la nueva casa incluyen una espectacular suite, seis habitaciones con balcón y ocho habitáculos para el servicio. También un área enorme para los jardines y una piscina interior de unos 25 metros. Antes de que la construcción se lleve a cabo, la visión actual de las ruinas es una metáfora perfecta de la extinción matrimonial de los duques de York, de lo que pudo ser y no fue.

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Se llamaba Sunninghill, estaba en situado en Ascot (Bershire) y fue un regalo de bodas que sencillamente ya no existe. Isabel II construyó, allá por 1986, una casa de doce habitaciones para los duques de York, Andrés y Sarah Ferguson. Era el regalo de bodas para su hijo y una nuera a la que nunca acabó de querer del todo. El matrimonio entre ambos se acabó justo una década más tarde, en 1996. Veinte años después, aquella mansión ha sido demolida para construir sobre el terreno otra casa de campo un tercio más grande que la original.

Sarah Ferguson Príncipe Andrés
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