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El durísimo 'aterrizaje' de las plebeyas en el bimilenario trono japonés
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los reyes realizan su primera visita de Estado a Japón

El durísimo 'aterrizaje' de las plebeyas en el bimilenario trono japonés

La emperatriz Michiko mantuvo una gran amistad con la española Fabiola de Mora, reina consorte de Bélgica, con la que compartía su gran afición a la literatura infantil

Foto: Michiko y Masako en una imagen de archivo. (Gtres)
Michiko y Masako en una imagen de archivo. (Gtres)

Las dificultades de adaptación de la heredera consorte al trono del Crisantemo, Masako Owada, han puesto de relieve las enormes dificultades de las plebeyas a la hora de adaptarse a las responsabilidades de Estado en Japón. Al parecer, no es que las dos únicas mujeres ajenas a las familias de la aristocracia japonesa sean especialmente débiles, física o mentalmente, sino —sobre todo— que las obligaciones asumidas y el rigor de las tradiciones y costumbres dificultan extraordinariamente su adaptación.

Masako, en este sentido, sigue los pasos de su suegra Michiko Shoda. Sufre prolongadas depresiones, que la apartan con frecuencia de la agenda oficial. La emperatriz Michiko llegó a perder el habla durante meses en dos ocasiones, a principios de los años 60, debido al estrés que sufrió a la hora de intentar adaptarse a las exigencias del cargo como princesa heredera; y debido también a la fuerte oposición de quien, finalmente, sería su suegra, la emperatriz Nagako -esposa de Hiroito y madre de Akihito-. Por cierto, aunque oficialmente no se ha vinculado una cuestión y otra, habría que recordar que Mickiko llegó a sufrir un aborto en 1963.

La primera plebeya en más de 2.500 años

Akihito y Michiko lograron imponerse gracias también al enorme apoyo popular que recibieron; y el Consejo de la Casa Imperial dio luz verde al compromiso de la pareja en noviembre de 1958 y se hizo oficial en una ceremonia celebrada en enero del año siguiente. Michiko Shoda era una joven brillante cuando conoció al heredero en un torneo de tenis en el que participaban jóvenes de la alta sociedad.

Hija de un industrial harinero, presidente de la Nisshin Flour Milling Company (una de las principales compañías del poderoso Grupo Nisshin Seifun), se enamoró del príncipe Akihito, pero su condición de plebeya cerró inicialmente todas las puertas a una posible boda que pretendía romper más de 2.500 años de meticulosa obediencia al matrimonio exclusivo entre aristócratas. De hecho, Michiko fue enviada al Reino Unido en 1957, para alejarla del príncipe Akihito, con la excusa de que cursara dos másteres, el segundo de los cuales ni siquiera llegó a terminar.

Confusión en la corte belga

Fue en esa época cuando Akihito acudió a Balduino de Bélgica, durante uno de sus viajes oficiales por Europa, para pedirle que hiciera llegar sus cartas a Michiko, tras haber comprobado que los servicios de palacio habían bloqueado la correspondencia con la joven de la que se había enamorado. Y Balduino, que recibió todas las cartas de manos del heredero, se ocupó personalmente de entregárselas a Michiko.

Aquella sorprendente iniciativa de Akihito, que audazmente pidió hablar en privado con el rey de los belgas, en medio de la confusión del protocolo, fue el principio de una gran amistad y el origen de las extraordinarias relaciones que mantuvieron posteriormente Akihito y Michiko con Balduino y Fabiola. Ejemplo de ello fue el viaje relámpago que realizó Michiko a Bruselas en diciembre de 2014, con 80 años de edad, para asistir al solemne funeral de Estado que se ofició tras la muerte de la reina Fabiola.

Ambas compartieron múltiples experiencias durante años (los japoneses habían realizado al menos siete viajes de Estado a Bélgica desde 1973), pero no hay duda que uno de los puntos en común más importantes fue su pasión por la poesía y la literatura, especialmente la dedicada a la población infantil. Fabiola había escrito poemas en su juventud, aunque solamente publicó un libro de cuentos, 'Los doce cuentos maravillosos', cuya primera edición fue financiada con sus propios recursos.

Michiko cultivó el waka, un género del que se tiene noticia desde el siglo VIII. Uno de sus poemas más conocidos es el que compuso tras el nacimiento de su primer hijo (1960), 'Nana del árbol de seda'. Aunque posteriormente (1991) publicó un libro para niños, 'Mi primera montaña'.

El meticuloso servicio de protocolo

Los Reyes de España viajan ahora a Japón después de 12 años de su primera visita oficial, con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Aichi (2005), cuando la entonces princesa Letizia se encontraba embarazada de cuatro meses. Hubo dudas sobre la conveniencia del viaje, lo que generó numerosas tensiones con el servicio de protocolo japonés, que tiene fama de ser el más meticuloso del mundo.

Curiosamente, este segundo viaje también ha generado ciertas tensiones, aunque por motivos muy distintos. Don Felipe optó por anular su primera cita oficial como Rey de España con el emperador Akihito el año pasado, debido a la interinidad del Gobierno de nuestro país. Un año después, el encuentro se producirá en un ambiente novedoso en Japón. Se celebrará muy poco después de que Akihito haya afirmado públicamente, en su última aparición televisada, que le gustaría abandonar el cargo si las consecuencias de la edad le impidieran ejercer todas sus responsabilidades…

Una insinuación, consciente y premeditada, que no ha hecho otra cosa que abrir el debate sobre la posibilidad de que un emperador pueda abdicar en el futuro, opción no contemplada hasta la fecha en la larguísima historia de la monarquía más antigua del mundo.

Fermín J. UrbiolaFermín J. Urbiola

Periodista y escritor

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Las dificultades de adaptación de la heredera consorte al trono del Crisantemo, Masako Owada, han puesto de relieve las enormes dificultades de las plebeyas a la hora de adaptarse a las responsabilidades de Estado en Japón. Al parecer, no es que las dos únicas mujeres ajenas a las familias de la aristocracia japonesa sean especialmente débiles, física o mentalmente, sino —sobre todo— que las obligaciones asumidas y el rigor de las tradiciones y costumbres dificultan extraordinariamente su adaptación.

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