La infanta Elena, cada vez más 'desplazada' en la Fiesta Nacional: del palco vip a las gradas

El acto central del Día de la Fiesta Nacional ha comenzado con la llegada de los Reyes, don Felipe VI y doña Letizia, al palco presidencial situado en la plaza de Lima. El mismo en el que años atrás había espacio también para la infanta Elena, al menos cuando el Rey era su padre, don Juan Carlos, y su hermana no se había metido en líos con la justicia al ser imputada en el polémico caso Nóos. De esto han pasado ya seis años y desde que todo eso sucedió y los pilares de la monarquía se tambalearon, la duquesa de Lugo ha visto cómo su papel en este día tan importante para ella se ha ido degradando.

Año tras año, su perfil ha sido cada vez más bajo, hasta este día 12 de octubre de 2017, cuando ha terminado mezclada con la masa ocupando un discreto lugar en las gradas de la plaza de Lima, desde donde puede ver de lejos a su hermano, su cuñada y sus sobrinas codearse con los altos cargos militares y políticos con los que ella acostumbraba charlar en días como estos. Ha acudido con su outfit patriótico habitual en estas festividades, con la bandera de España a los hombros y con gafas de sol y pulseras varias a juego. Mientras tanto, su hija Victoria Federica se conformó con portar una banderita y lucir otras cintas en su muñeca con los colores patrióticos. Muy sonrientes, muy sonrientes, pero lejos del lugar que antaño ocuparon.

El destrono de la infanta Elena

Fue en el año 2012 cuando la infanta Elena dejó de ocupar uno de los asientos reservados para la familia real en el palco presidencial. Por aquel entonces, su hermana aún no estaba metida de lleno en el proceso, pero sí su cuñado, Iñaki Urdangarin, y ya surgían voces que señalaban a la exduquesa de Palma como posible cómplice. Ante la duda y por el escándalo social que se les venía encima, el Rey emérito decidió que sus hijas ya no estuvieran en un día tan decisivo como este. Cristina directamente se bajó de la convocatoria, mientras que Elena pasó del palco presidencial al palco de personalidades, junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, por aquel entonces líder de la oposición.

Poco a poco y año tras año, la presencia de la infanta Elena en esta festividad comenzó a ser anecdótica o directamente a desaparecer, a pesar de que ella no tuviese en agenda nada programado para la fecha. La excusa por la cual dejaba de ser 'bienvenida' en el palco de personalidades a pesar de ocupar la tercera posición en la línea de sucesión al trono español, es que ya no formaba parte del núcleo duro de la familia real. Con la llegada al trono de su hermano Felipe, tras la abdicación de su padre, ella dejaba de formar parte de este reducto familiar, para ser simplemente la hermana del Rey. Una buena excusa, eso sí, pero que no se aplicó cuando sí era miembro de la familia real como tal, al ser hija del Rey, y tuvo que ver el desfile militar junto a las autoridades políticas.

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Paloma Barrientos

La arbitrariedad con la que se ha tratado a la infanta Elena en los últimos años en cuestiones de representación de la Corona ha sido motivo de debate en infinidad de ocasiones en los medios de comunicación. Sin embargo, ella parece encantada de no tener la presión constante sobre sus hombros y tener la libertad de elegir ella misma cuáles serán sus pasos y la conveniencia o no de arropar un día como es la Fiesta Nacional, aunque tenga que ser como una ciudadana de a pie más desde las gradas y con su bandera de España arropándola.