La Reina Letizia a Vanitatis: "Tengo suerte con mis hijas, ahora a ver la adolescencia"
Charlamos con Doña Letizia en palacio durante la recepción real con motivo de la Fiesta Nacional. Nos dice por qué su hija Sofía va vendada y la suerte que ha tenido con sus niñas
A diferencia de otras recepciones institucionales, donde la reina Letizia está menos comunicativa, esta vez aparentemente era todo lo contrario. Quizá hayan tenido que ver las felicitaciones que ha recibido el rey Felipe por su discurso contra el independentismo catalán en el besamanos -aquí puedes ver todas las fotos de la recepción real- y posteriormente en los corrillos que se forman en el cóctel. El jefe del Estado ha sido el protagonista indiscutible. Y no porque fuera el anfitrión, que en realidad lo es todos los años en la Fiesta Nacional, como antes lo era su padre, sino porque su discurso televisivo antes del referéndum inconstitucional ha marcado un antes y un después. Esta vez, el presidente Mariano Rajoy y los líderes de los principales partidos han sido sus invitados y, por lo tanto, con una presencia mediática importante, pero mucho menor que en otras ocasiones.
La reina Letizia, que controla y domina siempre las situaciones públicas, ha sido consciente del agradecimiento multitudinario de los asistentes que representaban a la sociedad civil y militar en todos sus sectores. Por eso, esta vez, cuando colateralmente recibía las felicitaciones, instaba, como hizo con Vanitatis, a que se lo trasladáramos al Rey: "Díselo, que le gustará mucho". Y así se hizo, cumpliendo la recomendación regia.
A continuación, doña Letizia respondió a cuestiones cotidianas con respecto a la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Quitó importancia a la venda que llevaba la menor de sus hijas en la mano derecha. Explicó que no era nada importante: "Cosas de niños y de juegos. Se dobló dos dedos con el balón y al tener que saludar era mejor que los tuviera así".
Contó también que las niñas no se aburren en la parada militar, sino todo lo contrario: "Que va, les encanta y disfrutan". Y reconoció que se portan muy bien: "Son muy buenas. He tenido muchas suerte con ellas. Ahora, a esperar a la adolescencia".
A diferencia de otras recepciones institucionales, donde la reina Letizia está menos comunicativa, esta vez aparentemente era todo lo contrario. Quizá hayan tenido que ver las felicitaciones que ha recibido el rey Felipe por su discurso contra el independentismo catalán en el besamanos -aquí puedes ver todas las fotos de la recepción real- y posteriormente en los corrillos que se forman en el cóctel. El jefe del Estado ha sido el protagonista indiscutible. Y no porque fuera el anfitrión, que en realidad lo es todos los años en la Fiesta Nacional, como antes lo era su padre, sino porque su discurso televisivo antes del referéndum inconstitucional ha marcado un antes y un después. Esta vez, el presidente Mariano Rajoy y los líderes de los principales partidos han sido sus invitados y, por lo tanto, con una presencia mediática importante, pero mucho menor que en otras ocasiones.
La reina Letizia, que controla y domina siempre las situaciones públicas, ha sido consciente del agradecimiento multitudinario de los asistentes que representaban a la sociedad civil y militar en todos sus sectores. Por eso, esta vez, cuando colateralmente recibía las felicitaciones, instaba, como hizo con Vanitatis, a que se lo trasladáramos al Rey: "Díselo, que le gustará mucho". Y así se hizo, cumpliendo la recomendación regia.
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