El príncipe Alberto de Mónaco, víctima de una usurpación de identidad (y casi de estafa)

El príncipe Alberto de Mónaco ha sido víctima de un delito de usurpación de su identidad, con la única intención de ser extorsionado después con la información que se recopilaba de él. Así lo han dado a conocer las autoridades y el propio gobierno de Mónaco para tratar de poner freno a esta oleada de robos de identidades por parte de un grupo de estafadores pertenecientes a una banda organizada. Un caso que trae de calle a la policía del Principado, que desde hace unas semanas ha recibido diversas denuncias por parte de personalidades importantes que se han percatado de que se estaba actuando en su nombre y sin su consentimiento.

“Durante varias semanas, unos individuos de una banda organizada han usurpado la identidad de altas personalidades del Principado, tratando de ponerse en contacto con amigos personales de estos líderes corporativos o personas con responsabilidades que aparecían en sus listas de contactos. Para ello han empleado correos electrónicos, mensajes de texto, videoconferencias y mensajes de Whatsapp”, en palabras de un portavoz del Gobierno monegasco, que ha querido poner el caso en conocimiento del pueblo para que no caigan en las redes de esta estafa que pone en jaque la integridad e identidad de sus víctimas, entre las que se encontraba el príncipe Alberto de Mónaco.

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Tan organizada estaba la banda de estafadores que incluso contaban con dobles de las personas a las que usurpaban la identidad para llevar a cabo videoconferencias para convencer a sus 'amigos' de que efectivamente eran ellos con los que trataban. Tenían un clon del príncipe Alberto, que no dudó en hablar con su entorno más cercano haciéndoles creer que les llamaba desde su propia oficina en el Palacio del Principado.

“La forma de operar de esta banda organizada se basa en mostrar falsos documentos bajo el membrete de organismos oficiales de Mónaco y aparentemente firmados por sus funcionarios, así como realizar llamadas telefónicas suplantando la identidad”, explican desde el Gobierno monegasco, que pone de relieve que el objetivo principal de esta “puesta en escena” era “obtener, bajo el pretexto de resolver un problema financiero urgente, transferencias de fondos a cuentas bancarias abiertas en el extranjero, particularmente en Asia”.

Eso sí, se desconoce el grado de efectividad de estas artes y si han conseguido que algunos incautos picasen el anzuelo pagando el montante que se les solicitaba. Para evitar que así sea, las autoridades han pedido a su pueblo que se muestren “muy cautos y escépticos ante cualquier tipo de comunicación poco corriente. Además, se aconseja hacer una verificación directa o ponerse en contacto con la Policía Judicial en caso de tales solicitudes”.