Máxima de Holanda: diecisiete años después, mismo vestido y joyas impresionantes

La reina Máxima nunca deja de sorprendernos. Esta vez no ha sido un look colorido o un pamelón lo que no has dejado con la boca abierta, sino un vestido que estrenó en 2001 y que rescató diecisiete años después para una velada celebrada este martes. Demostrando que es una mujer muy apañada y que sigue guardando en su armario -que debe de ser kilométrico- prendas de hace tiempo con la intención de recuperarlas en otra ocasión, la argentina dio una lección de elegancia (y reciclaje) con una prenda que, aunque se notaba que ya tenía sus años, le seguía quedando como un guante.

Fue en la tradicional cena ofrecida en honor al cuerpo diplomático, que se celebró en el Palacio Real de Ámsterdam. Esa misma mañana, los reyes habían estado almorzando con el presidente de México y la primera dama, Angélica Rivera, pero cambiaron totalmente de rol para este nuevo acto, mucho más regio. Como es habitual, Guillermo Alejandro y Máxima accedieron al palacio vestidos con ropa de calle y se cambiaron y se acicalaron en el interior. Así pues, no fue hasta su salida cuando pudimos ver en todo su esplendor el look elegido por la argentina.

La reina se enfundó un vestido formado por falda morada y cuerpo verde con pequeñas incrustaciones. Lo firma Natan, la casa belga en la que suelen confiar tanto ella como la reina Matilde desde sus inicios. El modelo lleva bolso a juego con el top y chal a tono con la falda, todo muy coordinado. Máxima estrenó el vestido en 2001, cuando todavía era prometida del entonces príncipe Guillermo Alejandro. Fue, curiosamente, en la cena de gala ofrecida con motivo de la visita de Estado de don Juan Carlos y doña Sofía a los Países Bajos.

Volvió a utilizar el diseño en 2007 en una visita que realizó a Nueva Delhi (India). Desde entonces permanecía guardado en su armario esperando esta gran ocasión. Cabe destacar que aunque Máxima ha demostrado seguir manteniendo la misma silueta que cuando se comprometió, algo más que admirable, se nota que el vestido es antiguo, sobre todo por el tipo de telas de estilo brillante que tanto se llevaban en los inicios de la década de los 2000.

Las joyas elegidas jugaron un papel fundamental en el look y ayudaron a levantarlo. Máxima eligió la parure de aguamarinas en la que destaca una impresionante tiara de estilo art decó decorada con siete aguamarinas de distintos tamaños. Fue un regalo a la reina Juliana, abuela del actual rey, de parte de sus padres con motivo de su 18 cumpleaños. El conjunto también está formado por una impresionante gargantilla de diamantes de la que colgaba una gran aguamarina, así como de unos pendientes a juego. Además, llevaba la pulsera 'tutti frutti', una copia del original de Cartier.