Carlota Casiraghi, Beatrice de York y Talita von Fürstenberg: las tres 'royals' del MET
Algunas royals se atreven a desfilar por la excéntrica alfombra del evento que reúne a lo más del panorama de las celebrities. Este año les ha tocado a ellas tres
La línea que separaba la realeza de las estrellas de Hollywood está cada vez más difuminada y lo vemos año tras año en la gala del MET. Algunas royals se atreven a desfilar por la excéntrica alfombra de evento que reúne a lo más del panorama de las celebrities. Ya lo hizo la princesa Mette-Marit de Noruega en 2012 o la reina Rania de Jodania en 2016. Pues bien, este año les ha tocado a la princesa Beatrice de York, a Carlota Casiraghi y a la princesa Talita von Fürstenberg dejar el listón real bien alto.
La única que se estrenaba en esto de la MET era Beatrice de York, nieta de Isabel II y octava en la línea de sucesión al trono británico. Por todos es sabido que a la princesa le gusta más un sarao de este tipo que un servicio religioso en la abadía de Westminster y se plantó en la alfombra dorada luciendo un look que nada tenía que ver con la temática de la gala: 'Cuerpos celestes, la moda y la imaginación católica'.
Beatrice eligió para la ocasión un vestido morado en seda chiffon de manga larga con transparencias y apliques de pedrería bordados alrededor de la zona del escote y en las muñecas. Lo firma Alberta Ferretti. Combinó su look con una cartera de mano negra de Fiona Kotur y una diadema joya con cinco cintas en diferentes tonos -azul, rojo y amarillo-. La primogénita de Andrés y Sarah prefirió no lucir ningún tipo de joya.
Carlota Casiraghi repetía experiencia, ya que estuvo presente en la gala de 2016 y lo hacía de la mano de Kate Moss -que regresaba a la alfombra tras más de 10 años-, Amber Valletta o Anja Rubik, todas vestidas de negro y por Anthony Vaccarello, director creativo de Saint Laurent. En el caso de la amazona, eligió un minivestido negro con pequeñas estrellas, de escote asimétrico y drapeado en la cintura. A sus pies, unos botines de cuero negro con maxiplataforma y taconazo. Al igual que Beatrice, pasó de las joyas.
Con la elección de este estilismo, Carlota volvió a jugar al despiste. Desde hace unas semanas circula el rumor de que la hija de Carolina está esperando su segundo hijo, el primero en común con el productor de cine Dimitri Rassam. Sin embargo, ella ni confirma ni desmiente. Parece que le gusta que la prensa esté detrás para descifrar el enigma.
Y por último tenemos a Talita von Fürstenberg, una princesa poco conocida pero no por ello menos prometedora. Talita es la nieta de la diseñadora Diana von Fürstenberg y es hija del príncipe Alexander von Fürstenberg y de Alexandra Miller. ¿Os suena este último apellido? Pues bien, la madre de Talita es hermana de Marie-Chantal Miller -la enemiga pública de doña Letizia- y, por lo tanto, la princesa es primera hermana de otra it girl, María Olympia de Grecia.
Talita tampoco siguió la temática de la gala y eligió un vestido azul celeste. Con escote en pico y volantes en la falda, el diseño parece más de princesa Disney que de cuerpo celestial. Como no podía ser de otra manera, lo firmaba su abuela, Diane von Fürstenberg. El collar con aguamarinas y rubíes es una maravilla.
La línea que separaba la realeza de las estrellas de Hollywood está cada vez más difuminada y lo vemos año tras año en la gala del MET. Algunas royals se atreven a desfilar por la excéntrica alfombra de evento que reúne a lo más del panorama de las celebrities. Ya lo hizo la princesa Mette-Marit de Noruega en 2012 o la reina Rania de Jodania en 2016. Pues bien, este año les ha tocado a la princesa Beatrice de York, a Carlota Casiraghi y a la princesa Talita von Fürstenberg dejar el listón real bien alto.