El perdón de Meghan Markle: apuesta por la diseñadora que la acusó de plagio

Meghan Markle ha apostado por un look 'total black' para acudir a una garden party de la embajada británica de Irlandia. Tras deleitar con un dos piezas de Givenchy a su llegada a Dublín, la duquesa se ha decantado por un vestido negro de escote cuadrado y corte evasé con cinturón negro y bolsillos laterales a tono, un clutch negro de Givenchy con detalles dorados y pendientes de Birks.

¿La sorpresa? La diseñadora del vestido es Emilia Wickstead, la británica que señaló que el vestido de Givenchy con el que Meghan contrajo matrimonio era un plagio de uno de sus diseños. Markle accesoriza el look con los tacones de Aquazzura que lució el mes pasado en la ceremonia de los Young Leaders Awards.

Meghan ha vuelto a decantarse por el negro tras la confusión generada por el 'little black dress' que ha lucido en el centenario de la Royal Air Force celebrado en Westminister Abbey. A su llegada, los medios se han apresurado en asegurar que se trataba de un diseño de Givenchy, cuando lo cierto es que el diseño lo firmaba Christian Dior.

Como viene siendo habitual, Meghan Markle ha apostado por un 'smokey eye' para realzar su mirada, que se ha convertido en la protagonista de su maquillaje, en el que también destacan sus labios nude y un sutil contouring en tonalidades terracota.

El que haya elegido un diseño de Emilia Wickstead, una de las firmas de cabecera de Kate Middleton, señala que no le guarda rencor a la diseñadora, que no solo señaló que el vestido de Givenchy de su boda era un plagio, sino que el tallaje no era el adecuado. La última vez que lució un diseño de la firma fue en el Anzac Day, donde se decantó por un dos piezas negro.