Letizia, inesperada visita a Felipe con sus hijas en las regatas

En un gesto insólito, la reina Letizia ha acudido al Club Náutico de Palma, acompañada por sus dos hijas, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Sin duda, una clara demostración de que este verano han cambiado mucho las costumbres en la Casa Real durante sus vacaciones en Marivent. Una de ellas, que se vea a la mujer de Felipe VI, menos protocolaria que nunca y en un contexto que no frecuenta: las regatas.

De hecho, nos tenemos que remontar a 2015, cuando la reina repitió el mismo gesto que hoy en el último día de competición de la Copa del Rey, que este año alcanza ya la 37ª edición..

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En efecto, la concordia ha reinado, nunca mejor dicho, en estas vacaciones de la familia real española. Ya quedó de manifiesto anoche en la recepción ofrecida a las autoridades y personalidades del archipiélago balear, en la que vimos en mejor sintonía que nunca a la reina Letizia con su suegra, la reina Sofía. Y días antes, cuando fueron juntas a la pescadería, una imagen cotidiana y muy insólita.

Muchas cosas han cambiado este año, no solo el escenario del posado tradicional, que ha pasado del clásico Marivent al más institucional Palacio de la Almudaina, que Leonor y Sofía han visitado por primera vez. Quizás lo más significativo es que se les ha visto más relajados que nunca, en un contexto que no parecía propicio para ello, después de la tormenta desatada por los audios de la princesa Corinna, 'amiga entrañable' del rey emérito, y el hecho de que Iñaki Urdangarin esté cumpliendo condena en la prisión de Brieva, con su mujer lejos, en Estados Unidos, con sus hijos, de vacaciones.

La mayor sorpresa ha sido este posado espontáneo de la reina, que ha subido a Aifos 500, la embarcación con la que ha competido su marido, en una competición en la que también ha participado la infanta Elena, pero en una categoría diferente. Algo que no ha podido hacer su padre, el rey Juan Carlos, que no ha viajado a Mallorca por prescripción facultativa. Una llamativa ausencia que ha sido objeto de numerosas especulaciones y que, según su hijo, le ha fastidiado mucho, porque le hubiera encantado disfrutar allí de nuevo de sus vacaciones.

La secuencia de los acontecimientos de hoy ha sido la siguiente: la reina ha llegado caminando con sus dos hijas hasta la embarcación, posteriormente han subido a ella, han saludado a cada uno de los miembros de la tripulación del Aifos 500 e incluso la reina ha 'inspeccionado' su interior. Y lo más significativo ha sido el casto beso que le ha dado a su marido en la mejilla, que nos retrotrajo a su propia boda, en la que tampoco se besaron en los labios. Hay costumbres que no han cambiado...

Posteriormente, sufría un pequeño incidente con el coche, pues se ha golpeado con la puerta. Un 'contratiempo' al que la reina ha contestado con una sonrisa.

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Esta noche es la tradicional entrega de premios y debemos subrayar que la embarcación del rey, que competía en la categoría Swan 50, ha quedado en un nada desdeñable sexto puesto.

En cuanto al estilismo de Letizia, debemos subrayar que ha optado por un vestido muy original de lunares y volantes, que le quedaba perfecto y era más que apropiado para una ocasión como esta. Como complemento, el bolso Tiny de Carolina Herrera en color blanco (cuesta 590 euros).