Margarita de Dinamarca, la reina del disfraz

El camaleón cambia de color según la ocasión. Margarita de Dinamarca es la auténtica reina de la costura, la monarca absoluta del disfraz, la emperatriz del camuflaje. La reina danesa –dueña de un innegable estilo personal- es una apasionada de la moda, tanto que diseña parte de su vestuario y dicta las tendencias en las obras infantiles de algunos colegios daneses. Daisy (como la llaman en la intimidad del palacio de Amalienborg) sigue a rajatabla aquello de “donde fueres haz lo que vieres”. A continuación, cuatro ocasiones en las que la reina vikinga ha homenajeado al país que ha visitado con sus atuendos.

Sabor a campo

Londres, 28 de abril de 2011. Cena previa a la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton. 'Homenaje a la campiña inglesa'.

En esta ocasión, la reina eligió una falda que respira el aire de los graneros escoceses por las cuatro costuras y un cuerpo de escote cuadrado y manga corta, como el que luce la escritora británica Jane Austen en el popular retrato que firmó su hermana Cassandra en el siglo XVIII. Por una vez la reina optó por una sencillez a la que no acostumbra. Destaca sobre su pecho un collar de perlas, un guiño a la abuela del novio, la reina Isabel II de Inglaterra, que las adora.

Elemental, querida Margarita

Londres, 29 de abril de 2011. Boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, duques de Cambridge. ‘Homenaje a Sherlock Holmes’.

Cubra la imagen que sigue a este párrafo con el humo de un cigarrillo de los que se fuma a pares la reina Margarita o con el vapor del que se deshace una tetera caliente e imagine que esa fumarada no es otra cosa que niebla ¿A caso no ven en la fotografía a una espía británica inteligentísima y observadora, que se vale del razonamiento deductivo para resolver casos complicadísimos?

El toque Montijo

Madrid, 21 de mayo de 2004. Cena previa a la boda de los Príncipes de Asturias. 'Homenaje a Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia'.

Margarita se presentó muy sonriente en el palacio de El Pardo con un vestido con miriñaque y hombros al aire. Pura moda deI imperio francés dictada por la esposa de Napoleón III Bonaparte. La prenda era de color gris avioletado, el tono que el primer diseñador de Alta Costura, Charles Frederick Worth, inventó para la emperatriz. El homenaje a España no termina aquí. Margarita no recogió hasta sus rodillas el bajo de su vestido para evitar que se ensuciase (en eventos más climatológicamente adversos no lo ha hecho) con el agua de la lluvia sino para imitar a las bailaoras de Zambra, consciente de que la Montijo era, como reza la canción ‘muy de Granada’.

Flower Power

Madrid, 22 de mayo de 2004. Boda de los Príncipes de Asturias Felipe y Letizia, hoy reyes de España. 'Homenaje a El Retiro'.

Margarita, que había hecho los deberes en Google -consciente de que la Catedral de la Almudena es de reciente construcción y no aparece en los libros antiguos que ella conserva en su biblioteca-, advirtió que la impersonalidad del templo no le inspiraría un lookazo por lo que decidió echar mano de su catalejo vikingo para encontrar una zona de Madrid en la cual inspirarse. Tras una intensa búsqueda, se debió topar con el pulmón madrileño y se convenció de que el mejor homenaje que podía hacer a Madrid no era vestirse de chulapa, era hacerlo de flor silvestre, que nace en una barca que navega en calma por el estanque de El Retiro. Los tonos del vestido son los mismos que los de los abanicos repartidos entre los curiosos que se acercaron a ver a Felipe VI y Letizia por las calles de Madrid.¿Casualidad?