Letizia, una reina muy en forma en los Picos de Europa
La heredera inauguró el Mirador de la Princesa y conocía a la yegua que el Ayuntamiento le ha regalado. Asimismo, veíamos una imagen excepcional: Letizia haciendo senderismo
La jornada matinal llevaba a la familia real a visitar Covadonga, Asturias, donde asistirían a la Santa Cueva, disfrutarían de una misa oficiada por el arzobispo de Oviedo y las princesa Leonor y la infanta Sofía recibían unas medallas de oro con la imagen de Covadonga. Todos los ojos se posaban en la Princesa de Asturias en la que sería su primer acto oficial en el Principado y todo parecía ir sobre ruedas.
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Allí, un centenar de personas eran testigos de cómo los Borbón emanaban una felicidad especial, un sentimiento positivo capitaneado por la reina Letizia, que se mostraba pletórica. Tras superar con éxito los eventos matinales, solo quedaba cerrar la jornada con una caminata rural que llevaría a los ‘royals’ al Mirador de la Princesa en honor a Leonor. Allí sería ella misma la encargada de inaugurar el paraje y, ¡sorpresa!: el Ayuntamiento les regalaba a ella y a su hermana Sofía una yegua llamada Xana como obsequio.
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Así las cosas, emprendían la ruta con looks muy rurales por el Parque Nacional Picos de Europa que, además, cumplía cien años. ¿Lo más llamativo? Las deportivas de doña Letizia, que no acostumbra dejarse ver de esta guisa. La firma de este calzado no era otra que Hugo Boss, una de sus marcas predilectas, mientras que las niñas caminaban con unas deportivas Reebok -algo más económicas-.
Llevando la batuta y en primer lugar se hallaban Letizia y Sofía, mientras que lo más rezagados eran don Felipe y Leonor. Por otro lado, hasta el enclave natural donde todos llegaban con éxito y sin ningún tropezón no estaba habilitado el transporte público ni tampoco se podía acceder con vehículos privados durante el acto oficial, por eso el paraje se encontraba completamente vacío, a excepción de la familia real y los medios que eran testigos de la felicidad que los Borbón irradiaban cuando accedían a hacerse la foto oficial en el paisaje. Allí, les era entregada la yegua a Leonor y Sofía, quienes se mostraban cariñosas con ella. Eso sí, el animal se quedará en el Parque Nacional para recibir los cuidados pertinentes.
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Más tarde, y a punto de cerrarse la tarde, en un ejercicio de naturalidad, un bebé que allí se encontraba se encariñaba con la heredera, que se decidía a cogerlo en brazos sin ningún miedo. Acto seguido, doña Letizia se lo quitaba de las manos con mucho cariño y devolverlo al que suponemos era su padre, con una imagen excepcional de la reina lanzándole besos en la distancia al retoño. Nos hemos encontrado con una consorte mucho más cercana, natural y sin medida que en anteriores ocasiones, situación de la que se percataban los allí presentes que se sentían cómodos con ella.
Por último, se dirigían al aparcamiento de Buferrera donde se retirarían en helicóptero, evitando rehacer el camino de vuelta que ya hicieorn. Eso sí, en esa ocasión habría sido cuesta arriba.
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La jornada matinal llevaba a la familia real a visitar Covadonga, Asturias, donde asistirían a la Santa Cueva, disfrutarían de una misa oficiada por el arzobispo de Oviedo y las princesa Leonor y la infanta Sofía recibían unas medallas de oro con la imagen de Covadonga. Todos los ojos se posaban en la Princesa de Asturias en la que sería su primer acto oficial en el Principado y todo parecía ir sobre ruedas.