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La metedura de pata (laqueada) del príncipe Guillermo ante el primer ministro japonés
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La metedura de pata (laqueada) del príncipe Guillermo ante el primer ministro japonés

El hijo de Lady Di asistió en Londres a la inauguración de un centro cultural japonés en la capital británica y metió la gamba (con arroz frito tres delicias)

Foto:  Guillermo, en la Casa de Japón en Londres. (Getty)
Guillermo, en la Casa de Japón en Londres. (Getty)

Que levante la mano el que no ha dicho alguna vez: "Todos los chinos son iguales". Ajam. Nadie. Obvio. Al príncipe Guillermo le pasa algo parecido: no es que no sepa distinguir un indonesio de un vietnamita, es que encima mezcla gastronomías, que eso ya son palabras mayores.

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El marido de Kate Middleton acudió este jueves, 13 de septiembre, a la apertura de un centro cultural japonés en la capital inglesa. El príncipe, un tipo cercano y conocido por su naturalidad y espontaneidad, decidió sentarse junto a un grupo de niños mientras comentaba algunos aspectos sociales y culturales que tienen en común el país del sol naciente y el suyo propio.

placeholder Guillermo, charlando con algunos alumnos. (Getty)
Guillermo, charlando con algunos alumnos. (Getty)

Y en estas estaba, con el primer ministro japonés delante, cuando les preguntó a los pequeños estudiantes: “¿Te gusta la comida china?". Silencio incómodo. Miradas nerviosas. Sudor frío. Reflejo rápido: “Ummm, comida japonesa... ¿Has probado mucha comida japonesa? ¿No? ¿Algo? ¿Te gusta el sushi? Es delicioso, realmente delicioso”. Salida airosa. Además, el desliz fue tan rápido que sus anfitriones no parecieron darse cuenta del patinazo.

El nieto de Isabel II asistía solo a la inauguración oficial de la Casa Japón de Londres, cerca de del Palacio de Kensington, en el que, mientras visitaba el centro, aprovechó para probar el sake (hay que tener mucho saque para tomarlo a las 11 de la mañana) y probaba un poco de sashimi de salmón y erizo de mar en salsa de crema de trufa: “Mi esposa y yo amamos el sushi. Puede que tengamos que venir a almorzar cuando no haya nadie más", dijo. "Deben recibir muchos visitantes japoneses aquí. Entonces, ¿viene mucha gente a pedir una hamburguesa? Eso es lo que suele suceder, ¿no?”, bromeó el príncipe. O cerdo agridulce, le faltó decir para completar la chanza.

placeholder  Curiosos fotografiando al príncipe. (Getty)
Curiosos fotografiando al príncipe. (Getty)

Que levante la mano el que no ha dicho alguna vez: "Todos los chinos son iguales". Ajam. Nadie. Obvio. Al príncipe Guillermo le pasa algo parecido: no es que no sepa distinguir un indonesio de un vietnamita, es que encima mezcla gastronomías, que eso ya son palabras mayores.