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Habla la biógrafa no oficial de Leonor: "El de Palma no fue un acto de rebeldía"
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Habla la biógrafa no oficial de Leonor: "El de Palma no fue un acto de rebeldía"

La autora teoriza sobre qué sucedería si el heredero al trono fuera homosexual o si Leonor quisiera casarse con, por ejemplo, un corrupto

Foto: Carmen Remírez de Ganuza en el Salón del Rey del Café de Oriente. (Olga Moreno)
Carmen Remírez de Ganuza en el Salón del Rey del Café de Oriente. (Olga Moreno)

Aunque ocupa un día sí y otro también las páginas de los principales medios de comunicación, la Princesa de Asturias es una gran desconocida. Casi todo lo que sabemos de ella nos llega de forma extraoficial por deseo expreso de sus padres. Ahora la periodista Carmen Remírez de Ganuza explora el mundo de la heredera en un nuevo libro, 'Leonor: el futuro condicionado de la monarquía' (Plaza & Janés), centrándose sobre todo en el papel que desempeñará en unos años.

Con ella hemos quedado en el Café de Oriente de Madrid para hablar de temas tan controvertidos como el encontronazo en Palma entre las dos Reinas, en el que Leonor se vio involucrada, la relación entre la Princesa de Asturias con don Juan Carlos, su futuro militar o la no reforma de la Constitución que da prioridad a la mujer por encima del hombre en la línea sucesoria. Asimismo, la autora teoriza sobre qué sucedería si el heredero al trono es homosexual o si Leonor quisiera casarse con, por ejemplo, un corrupto.

P: ¿Es Letizia la causante de la metedura de pata de Leonor en la misa de Pascua, cuando increpó a su abuela?

R: Es la principal causante, pero a mi juicio no es la única. Es verdad que su interés por monopolizar la imagen de su hija llega a excluir la intervención de cualquier otro miembro de la familia. Pero también es cierto que la abuela de Leonor no deja de ser una reina a la que le corresponde la función de la prudencia y quizás ya sabía que esa foto era difícil de hacer frente a los deseos de Letizia. Fue un error compartido, no con el mismo nivel de responsabilidad. De todas formas las dos Reinas han enmendado con creces ese error y han demostrado tener reflejos y saber que lo que importa no es equivocarse si no enmendar el error.

P: ¿Leonor fue consciente de las consecuencias de su comportamiento?

R: Fue consciente en tanto en cuanto fue inducida a comportarse en público de una manera muy diferente. El hecho de que saliera de la mano de su abuela no solamente cuando fueron a visitar a don Juan Carlos en el hospital, sino en su posterior salida a un musical en Madrid o en sus paseos por Palma de Mallorca significa que si ella no fue consciente, se lo hicieron ver. Aquello no fue más que un acto reflejo de Leonor, pero no un acto de rebeldía. Fue un acto de disciplina hacia quien ha gobernado su vida durante la infancia, que es su madre, la reina Letizia. Pero el error ha sido superado por muchos otros aciertos que van 'in crescendo'.

Carmen Ramírez de Ganuza. (Olga Moreno)

P: Cuando hablas de Leonor en tu libro dices que tiene “la mirada ausente” y “aire despistado”….

R: Tiene que ver con la personalidad de Leonor. Ella tiene una imagen angelical y la falta de información ha abonado las sospechas de que pudiera tener algo, no una discapacidad ni una minusvalía, como se ha llegado a escribir, pero sí una falta de fijación o un 'estar en las musarañas', que probablemente no se corresponde con la realidad. Pero es verdad que como todavía no está conformada su personalidad, todavía no tiene soltura ante los medios y no es tan suelta como su hermana, da a entender que no es todo lo despierta que nos gustaría. Pero la niña es una niña normal, que está más cerca de la infancia que de la adolescencia, aunque esto puede cambiar en pocos meses y lo que ahora nos parece estupendo en la infanta Sofía nos puede parecer un defecto de Leonor en unos años. Yo creo que es mejor pecar por defecto que por exceso. Lo importante es que no cometa errores como el de Palma.

Tiene que subrayarse ante la opinión pública la figura de la heredera

P: Cuéntanos cómo es la relación de Leonor y Sofía.

R: En Covadonga vimos un gesto muy explícito de la Reina atendiendo de manera muy insistente a la infanta Sofía en un intento de que no se sintiera en un segundo plano. Seguramente eso son gestos de carácter privado y público. Yo creo que en este momento no existe ese peligro. Son gestos de prevención. De lo poco que sabemos de la vida privada de la heredera es que está muy unida a su hermana y que son dos niñas que lo comparten todo.

P: Hasta ahora hemos visto que cuando acuden a algún acto a las dos se las trata igual. ¿Cuándo empezará a volar sola Leonor?

R: Ya debería, esa es la tesis de mi libro. Las dos están siendo educadas en la misma consciencia dinástica porque no hay que olvidar que si a Leonor le pasara algo, sería Sofía la que tendría los derechos sucesorios, por lo que tiene que estar igual de preparada que su hermana mayor. Pero mientras exista la figura de Leonor es su perfil el que debe ser acentuado y ser institucionalmente un personaje destacable y destacado. Tiene que subrayarse ante la opinión pública la figura de la heredera porque si en algo se caracteriza la monarquía frente a otras jefaturas del Estado también democráticas es que tiene asegurada la sucesión.

El libro de la princesa Leonor. (Olga Moreno)

P: Hablas en tu libro de la poca relación de Leonor con sus tíos y primos, ¿qué ha pasado?

R: Leonor sí tiene relación con ellos, pero, a diferencia de su padre, ha crecido con una distancia muy notable respecto a su familia y a sus primos. El príncipe Felipe estaba todo el día con sus primos Grecia. Que la actual heredera tenga una madre de origen plebeyo condiciona el hecho de que tenga más relación con la familia materna que con la paterna y eso se agrava con los problemas de la propia Corona, véase la retirada del ducado de Palma a la hermana del Rey por el caso Nóos. Eso influye en las relaciones personales. Este Rey ha pasado página a nivel institucional de su hermana e incluso de su padre, que ha estado ausente de la agenda oficial en estos años. Esa distancia institucional también se traduce en una distancia personal. Sabemos que antes de la abdicación, las relaciones entre don Juan Carlos y Letizia no fueron todo lo buenas que se podía desear y, aunque ahora no existe un cisma propiamente dicho, es verdad que no hay una asiduidad familiar en el trato de nietos y abuelos.

P: Pero Leonor sí tiene mucha más relación con sus abuelos maternos…

R: Lo cual es una realidad en muchísimas familias de muchísimos españoles. Es algo que tiene su peso y su lógica. Pero por más que pretendamos republicanizar la monarquía, lo cierto es que la Corona tiene unas obligaciones y unos protocolos y la heredera se debe al respeto y a la escenificación continua de la continuidad dinástica. Tiene que estar unida a su padre, como se está demostrando, pero tampoco tiene que estar demasiado separada de su abuelo Juan Carlos pese a que el final de su reinado ha traído muchos problemas a la Corona. La anomalía que está viviendo Leonor en su crecimiento es que el final del reinado de su abuelo, pese a que ha sido el mejor reinado de la historia, todavía está teniendo efectos en la política y es algo que tiene que solventar el actual reinado. A la heredera se la está preservando de esa imagen junto a su abuelo que pueda llegar a perjudicarla; al menos en este momento porque en unos años a Juan Carlos I se le reconocerán los méritos.

P: ¿Ves posible un nuevo embarazo de Letizia?

placeholder La periodista. (Olga Moreno)
La periodista. (Olga Moreno)

R: Sobre el papel todo es posible. Pero es uno de los lugares comunes de la sociedad española que los Reyes no van a tener más hijos, es algo que se ha trasladado de una manera tácita y algo sobre lo que nadie duda. Es un presupuesto demasiado poco explícito para no haber hecho una reforma como se debía de carácter constitucional, porque aunque la Corona ha blindado la progenitura de Leonor, la Constitución sigue diciendo que existe el riesgo. Lo que cuento en el libro es que si se produjera esa sorpresa, las élites del país alumbrarían un atajo político para solventar el problema de la misma manera que se improvisó con la abdicación de Juan Carlos I y otros tantísimos problemas que se han presentado. La no reforma de la Constitución se ha basado en la tranquilidad de las élites sobre una convicción, que ha venido a trasladar la Casa Real y que no ha sido para nada explícita.

P: ¿Crees que Felipe y Letizia no han tenido otro hijo a causa de la no reforma de la ley?

R: Yo nunca llegaría tan lejos. La convicción en la que estamos instalados es que los Reyes no van a tener más hijos, sin saber si eso es su decisión, si la biología ya lo permite o no. Yo lo único que digo es que esa es una convicción compartida por todo el mundo que no se basa en nada y que es la base en la que se ha sustentado la no reforma.

P: ¿Entonces crees que ya se han olvidado de la reforma y no volverán sobre ella hasta que Leonor sea madre?

R: Esto va a depender de la realidad política. Si no se ha se reformado la anomalía de la discriminación de género de la Corona es por dos razones: primero, porque los partidos mayoritarios no se han puesto de acuerdo para reformar la Constitución, y segundo, porque no se ha querido aislar esta reforma relativa a la Corona por el temor de los partidos constitucionalistas a abrir un melón en torno a la monarquía. Se podría haber hecho una reforma parcial, pero no se ha querido hacer por el problema de que ahora hay una masa crítica hacia la monarquía en las propias cámaras. En la época de Juan Carlos I había un par de políticos desafectos con la monarquía, pero no había bancadas de hasta cien escaños que no solamente son antimonárquicos, sino que desde el 3 de octubre -cuando Felipe pronunció el discurso sobre la situación catalana- son combativos contra la monarquía. La realidad política condiciona mucho el devenir de la Corona.

Si en el futuro un heredero fuera homosexual, el único problema que se plantearía es el de la legitimidad de la descendencia

P: En tu libro cuentas que cuando Leonor decida casarse, el único que podría vetar ese matrimonio es Felipe VI. ¿En qué escenario nos encontraríamos para que eso sucediera?

R: Es bastante difícil imaginar un escenario como ese, porque ya cuando Felipe se casó con Letizia Ortiz sabiendo que no era del expreso agrado de Juan Carlos I, no hubo ningún veto al respecto. Y si el Rey no veta es muy difícil que lo hagan las Cortes porque eso plantearía muchos problemas entre el Parlamento y la Corona, aunque ya ocurrió en el pasado, con la boda de la primogénita de Alfonso XII. Puestos a hacer una prospección de futuro, el único caso que a mí se me ocurre que pudiera suscitar el veto declarado del padre de la heredera sería que ella se encaprichara de un corrupto. Eso sería un problema para la Corona, que está obligada a la ejemplaridad. Pero el futuro puede darnos muchas sorpresas.

P: Pones sobre la mesa un tema tan delicado en España como qué pasaría si Leonor es homosexual…

R: Es una digresión teórica. A mí me interesaba teorizar sobre esta posibilidad porque es verdad que la Corona tiene que tener los mismos derechos que los españoles a los que representa. Y esta situación sobre el papel se podría dar. La ventaja que tiene la monarquía es que la sucesión se puede asegurar simplemente con el pase al siguiente de la lista de sucesión. Si en el futuro un heredero fuera homosexual, el único problema que se plantearía es el de la legitimidad de la descendencia. Lo primero y más fácil sería que los derechos pasaran al siguiente en la lista de sucesión, pero tampoco se puede descartar que un homosexual tuviera descendencia. En ese momento habría que ver cuál es el momento de legitimidad vigente, porque ahora, por ejemplo en el derecho nobiliario, los únicos que no pueden heredar son los hijos adoptivos, porque se necesita una legitimidad de sangre. De momento, en la actualidad lo único que debe preservarse en las monarquías es la legitimidad en la descendencia, que sea realmente una descendencia si no de sangre legítima. Pero no sabemos si eso va a cambiar en el futuro.

P: ¿Qué diferencias hay entre la educación de Leonor y sus homólogas europeas como son Elisabeth de Bélgica y Amalia de Holanda?

R: Su educación se parece en buena parte. El tipo de formación es bastante parecido; por ejemplo Elisabeth de los belgas su primer discurso lo hizo en los cuatro idiomas de su país. Son niñas que están siendo educadas en un nivel de exigencia importante. La diferencia en este momento es que ellas están más expuestas a los medios de comunicación y Leonor no, pero este es un proceso en el que acabarán pareciéndose porque se espera que Leonor se estrene en algún momento en los Premios Princesa de Asturias con un discurso. Lo que no creo que vamos a ver es una entrevista en televisión como han hecho ellas.

¿Reinará Leonor? ¿Qué tiene que aprender de Letizia y Sofía?

P: Hay un desconcierto en lo que se refiere al futuro militar de Leonor…

R: Entiendo que en la medida en la que existe una tradición y una ley que regulaba la carrera militar del padre, en principio hay más posibilidades de que ella haga una carrera militar a que no lo haga porque la Constitución le reserva la función de mando supremo de las Fuerzas Armadas. Aunque esta sea una decisión de Casa Real, es la típica decisión en la que de manera discreta tendrán que participar si no las fuerzas políticas, el Gobierno de turno. Y ahí puede haber una discrepancia. Porque como recojo en mi libro, he escuchado a políticos de izquierda y de derecha que entienden que no sería necesario el paso por las academias, porque es un mando simbólico y porque ahora el Ejército está más unido a la tecnología que a las labores de campo. A mí personalmente me parece que el paso por Ejército podría educar a la Princesa en los valores castrenses, que son muy buenos para el liderazgo de la Corona: la disciplina, la organización y la dureza y el sacrificio.

Aunque ocupa un día sí y otro también las páginas de los principales medios de comunicación, la Princesa de Asturias es una gran desconocida. Casi todo lo que sabemos de ella nos llega de forma extraoficial por deseo expreso de sus padres. Ahora la periodista Carmen Remírez de Ganuza explora el mundo de la heredera en un nuevo libro, 'Leonor: el futuro condicionado de la monarquía' (Plaza & Janés), centrándose sobre todo en el papel que desempeñará en unos años.

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