Pablo Nicolás Urdangarin 'emigra' a Alemania para triunfar en el balonmano

El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin no vivirá en España… por el momento. Según publica este miércoles la revista 'Semana', Pablo Urdangarin acaba de debutar como jugador de balonmano en el club más famoso de Hannover y también ha puesto pies en polvorosa para vivir en esa ciudad, en la que dará el salto profesional como deportista. A sus 17 años, el segundo hijo de los que fueran duques de Palma se ha incorporado a las filas de la sub-19 del TSV Hannover Burgdorf en Alemania. El propio club anunció su debut, asegurando que "será de gran ayuda esta temporada en la banda derecha".

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El pasado viernes, de hecho, Pablo se enfrentó a sus compañeros del JSG NSM Nettelstedt en un partido que estuvo muy igualado y que, finalmente, dio la victoria al equipo en el que juega el joven, que ya se ha mudado a Hannover y comparte residencia con otros compañeros. Su fichaje por parte del equipo no es de extrañar teniendo en cuenta la brillante trayectoria que ha seguido hasta ahora. Al parecer, Pablo ya destacó jugando al balonmano en Ginebra y fue a partir de ese momento cuando decidió dedicar más tiempo a este deporte y trasladarse a Hannover, una vez finalizados sus estudios en el centro Ecolint de la ciudad suiza.

Una trayectoria similar a la de su padre

No hay que olvidar que, muchos años antes del caso Nóos y de su papel como marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin fue uno de los mejores jugadores de balonmano de nuestro país. Allá por 1986, cuando solo tenía 18 años, debutó como jugador del Barcelona y se acabó convirtiendo en un imprescindible del equipo. De hecho, fue internacional con España en tres juegos olímpicos y consiguió dos medallas de bronce. Solo su boda con Cristina, celebrada en el otoño de 1997, y su papel institucional lograron apartarle de la que era una de las grandes pasiones de su vida.

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La 'emigración' de Pablo no podría ocurrir en mejor momento, justo cuando su padre se encuentra encarcelado en la prisión de Brieva y la reputación de su familia está en horas bajas. El balonmano le servirá, por tanto, como pasión y también como una magnífica vía de escape a los problemas familiares.