La agenda congelada del rey Juan Carlos, a 11.425 euros el acto

El rey Felipe VI ha decidido incrementar el sueldo de la familia real un 1,5%, el mismo porcentaje que se ha aplicado a los funcionarios de la Administración Pública. Esto sitúa sus honorarios en 242.769 euros anuales, en línea con los altos ejecutivos españoles, aunque muy lejos de lo que perciben otros monarcas en Europa (Guillermo de Holanda, por poner un ejemplo, gana más de 800.000 euros al año). El siguiente en cobrar más no es la reina Letizia, como podría pensarse teniendo en cuenta que ella lleva buena parte del peso de representación de la Corona, sino el rey Juan Carlos. Con un sueldo de 194.232 euros, el emérito es el segundo miembro de la familia real mejor pagado. A pesar de que, según datos oficiales, solo ha protagonizado 17 actos públicos este año y de que su agenda se encuentra oficiosamente congelada desde junio.

Jugemos a las comparaciones. El sueldo del Rey es prácticamente idéntico al de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, tan de actualidad estos días. Pastor cobra 194.500 al año, entre salario base y otros conceptos (apenas 200 euros más que el Rey). El salario de Juan Carlos I es, sin embargo, sensiblemente inferior al de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, que recibió 7,87 millones de euros el año pasado por su labor al frente del Banco Santander. Pero gana por goleada al salario del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que cobrará este año 80.953 euros.

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El Rey emérito cumplió 80 años el pasado enero. Con ese motivo, y teniendo en el horizonte la celebración del 40 aniversario de la Constitución, la Casa del Rey anunció a principios de año que estaban preparando una serie de actos para reivindicar la figura del antiguo monarca. El Rey emérito volvió a la foto de la Pascua Militar, en la que no aparecía desde 2014. También regresó a la misa de Pascua tras años de ostracismo (en este caso, el rifirrafe de las dos reinas le 'robó' el show) y recibió el cariño de los académicos de San Fernando en un homenaje. Pero la intención de rehabilitar la figura de don Juan Carlos pisó el freno en verano, tras hacerse públicas las cintas en las que Corinna Larsen daba todo lujo de detalles de su vida íntima junto al Rey emérito, y no hay noticias de cambios.

Hasta entonces, el padre de Felipe VI había aparecido en la agenda oficial de Zarzuela en 17 ocasiones este año. Viajó a Chile para la toma de posesión del presidente Sebastián Piñera, inauguró en Roma la nueva iluminación de la Basílica Santa María la Mayor y presidió con la reina Sofía un concierto homenaje a las víctimas del terrorismo. Entre esos 17 eventos aparecen también celebraciones familiares, como el funeral de su padre, el conde de Barcelona, o lúdicos, como la asistencia a la final de la Champions (un clásico en su agenda) o a la corrida de la Beneficiencia. Es famosa una frase de Linda Evangelista en su etapa como top model mundial: "No me levanto de la cama por menos de 10.000 dólares diarios". En el caso del Rey, por 11.425 euros.

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Es el año en que menos ha trabajado de cara a la galería (de momento) desde que se materializara su salida de la Corona. En 2015 estuvo presente en 21 actos. En 2016, también en 21. En 2017 cogió carrerilla y protagonizó hasta 28 actos. Y 2018 iba a ser el año de dar un golpe en la mesa y reivindicar su papel en la historia reciente de España. Pero sus obstinados problemas de salud (eufemismo de Corinna), la edad (80 años) y su desencanto (dicen que está enfadado) lo están imposibilitando.

Es cierto que las labores del Rey emérito no se circunscriben solo a los actos de representación de la Corona. Don Juan Carlos cuenta con un despacho propio para atender sus tareas en el Palacio Real de Madrid, pero no hay constancia de que acuda diariamente. La única actividad semiprofesional que trasciende del Rey es su labor como patrón de barco de regatas en la modalidad 6 metros. Una faceta donde está triunfando.

Por cierto, la pensión de jubilación media en Madrid se sitúa en torno a los 1.200 euros al mes. La última comparación, la más odiosa.