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Eugenia de York, diplomática frustrada sin gusto para los tocados
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Eugenia de York, diplomática frustrada sin gusto para los tocados

Ser segundón en la familia real británica ya no resulta tan rentable como antaño. Y Eugenia está en ese grupo: sin oficio ni beneficio, no deja de ser una princesa serie B

Foto:  Eugenia, en Ascot. (Getty)
Eugenia, en Ascot. (Getty)

Seamos sinceros: ser segundón en la familia real británica ya no resulta tan rentable como antaño. La reina Victoria nació como la quinta en la línea de sucesión, pero acabó subiendo al trono. La mismísima Isabel II vino a este mundo tan solo siendo la sobrina del rey y luego terminó poniéndose la corona. Ahora, sin embargo, mucho se tendrían que torcer las cosas para que a los herederos no les llegue su turno de manera ordenada. En definitiva, si hoy en día naces como segundón, te quedas como segundón. Por lo tanto, por mucho rebote que se haya cogido tu padre porque tu boda no vaya a emitirse en directo por la BBC como la de tus primos, tienes que asumir que los británicos no estén muy al tanto de lo que ocurre este viernes en Windsor.

[LEE AQUÍ: Dónde y cómo ver la boda real de Eugenia de York y Jack Brooksbank]

La princesa Eugenia se casa. ¿Quién? Quizá lleguen a ubicarla mejor si 'googlean' su nombre y aprecian el 'comedido' tocado que tanto ella como su hermana, la princesa Beatriz, lucieron en el enlace del príncipe Guillermo y Kate (Beatriz, al menos, lo acabó subastando, recaudando 82.000 euros para causas benéficas).

placeholder  Eugenia y Beatriz, en la boda de Guillermo y Kate. (Getty)
Eugenia y Beatriz, en la boda de Guillermo y Kate. (Getty)

La princesa Eugenia, 28 años, es la nieta de Isabel II y la hija pequeña del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Los York -porque si eres royal, te llaman por el título- ofrecieron momentos gloriosos en los años 80. Eran el antiglamour de la familia real, pero al mismo tiempo, representaban ese aire fresco y alocado tan alejado de los primeros años de encorsetamiento de Lady Di. Se casaron en 1986, se separaron en 1992 y se divorciaron en 1996.

Fergie nunca fue la favorita de la reina. Digamos que imágenes como las que publicó en su día en portada 'The Sun' de ella chupándose los dedos de los pies en St. Tropez no ayudaban precisamente a que la protocolaria Isabel II tuviera especial simpatía por la pelirroja.

Los alegres divorciados

Aunque las cosas han cambiado. En los últimos tres años, la soberana ha invitado a su exnuera a pasar las vacaciones de verano a Balmoral. Y es que a pesar de no ser pareja, el príncipe Andrés y su ex mantienen una relación tan estrecha que comparten incluso domicilio.

Eugenia siempre ha dicho que sus padres son los divorciados “mejor avenidos que ha visto nunca”. Ella tenía tan solo dos años cuando se separaron, pero su infancia fue feliz. Entonces era la sexta en la línea de sucesión. Tuvo niñeras, chófer, guardaespaldas, visitas regulares a palacio para tomar el té con su abuela... Las Navidades las pasaba en Sandringham, el año nuevo esquiando entre paparazzi y agosto en Escocia. Muy royal todo.

[LEE AQUÍ: La tiara de York, de Sarah Ferguson, con la que se casará la princesa Eugenia]

Hasta que cumplió los 12 años, los York vivieron en Sunninghill Park, cerca de Windsor, quizá la residencia real más espantosa que se haya construido nunca. Una vez se llegó a comparar arquitectónicamente con una sucursal de Tesco, la famosa cadena de supermercados del Reino Unido.

placeholder  La princesa Beatriz junto a sus padres, que han mantenido siempre una buena relación. (Getty)
La princesa Beatriz junto a sus padres, que han mantenido siempre una buena relación. (Getty)

Estuvo a la venta durante años hasta que fue adquirida en 2007 por un empresario kazajo que pagó 17 millones de euros. Que fueran 4 millones más del precio de venta no calmó precisamente las preocupaciones que ya existían sobre el misterioso papel del príncipe Andrés como 'enviado de comercio exterior'.

Harry, compañero de crimen

Pero centrémonos en la novia, por favor. Cuando cumplió los 12 años, le diagnosticaron escoliosis (curvatura de la columna vertebral). Le tuvieron que someter a una operación de ocho horas. Por cierto, el cirujano que la llevó a cabo, Jan Lehovsky, es hoy uno de los invitados al enlace. Dicen que aquella experiencia la convirtió en una persona sumamente amable y simpática.

Su carácter le ayudó a ser una de las populares en Marlborough College, in Wiltshire, un centro donde la apariencia y ser cool es más importante casi que cualquier otra cosa. Y es cierto que la nieta de Isabel II no era demasiado fría o rebelde. Aunque tener un guardaespaldas siguiendo tus pasos ciertamente ayudaba a ser 'especial'.

[LEE AQUÍ: Meghan Markle, la 'wedding planner' improvisada de la boda de Eugenia de York]

Al igual que su primo Harry -al que llama 'compañero de crimen'-, le gustaba la fiesta. Al finalizar uno de los trimestres, acabó con unas copas de más bailando desnuda en el patio. Aunque, al parecer, es algo bastante estándar para Marlborough, donde hizo varios amigas, muchas de las cuales acudirán al enlace.

Cuando terminó sus primeros estudios se comenzó a plantear la pregunta incómoda que se plantea siempre para cualquier royal que no vaya a acabar subiendo al trono: ¿qué va hacer con su vida? Sus primos, el príncipe Guillermo y Harry, trabajan representando a la Corona. Es fácil justificar sus gastos. Pero no ocurre lo mismo con las hijas de York.

placeholder Las princesas en el We Day UK, celebrado en el Wembley Arena. (Getty)
Las princesas en el We Day UK, celebrado en el Wembley Arena. (Getty)

Año sabático, vida nocturna

Mientras se decidía su futuro, Eugenia pasó un año sabático viajando por India, Tailandia y Australia y el hecho de que llevara gardaespaldas pagados con el dinero del contribuyente acaparó titulares porque Scotland Yard estaba intentado, precisamente, ahorrar costes por la crisis económica.

A su vuelta a Inglaterra, la princesa reanudó la vida de 'una Sloane ordinaria del siglo XXI', como se conoce a los jóvenes de alta alcurnia que viven el que sería el madrileño barrio de Salamanca en formato inglés.

Se acabó matriculando en la Universidad de Newcastle para estudiar Historia del Arte. Allí también brillaba por su séquito de oficiales de protección, incluso en los bares y clubes nocturnos donde pasaba muchas noches felices. Fue durante sus años universitarios cuando, en unas navidades de esquí en Verbier, conoció a Brooksbank, su futuro marido, quien por aquel entonces comenzaba su carrera trabajando en Mahiki, el club nocturno favorito de los jóvenes de la realeza.

[LEE AQUÍ: Eugenia de York y la escoliosis que arrastra desde los 12 años]

Cuando Eugenia se graduó en 2012, su padre, el duque de York, aún tenía esperanzas de que a sus hijas se les permitiera trabajar como miembros de la familia real en papeles de 'pseudoembajadoras'.

placeholder Las princesas, con el duque de Edimburgo. (Getty)
Las princesas, con el duque de Edimburgo. (Getty)

Pero fue él mismo quien se cargó las pocas posibilidades que existían cuando salieron a la luz diferentes episodios controvertidos. El tercer hijo de la reina Isabel II siempre ha sido uno de los más polémicos del palacio de Buckingham. Y la gota que colmó el vaso fue en 2015, cuando tuvo lugar el escándalo desatado por Virginia Roberts, la mujer que aseguraba haber tenido varias relaciones sexuales con él siendo menor de edad a través de Jeffrey Epstein, un empresario millonario, antiguo amigo del heredero, condenado por prostitución de menores.

El príncipe Carlos, futuro rey, acabó restringiendo la imagen de la familia real a su mujer, Camilla, y sus hijos, Guillermo y Harry (con sus respectivas familias). Por supuesto, por encima de todo, la reina Isabel II. Y este es el motivo principal por el que la cadena pública BBC ha decidido no retransmitir la boda de Eugenia.

En Nueva York, por amor al arte

Tras los pufos de su padre, a la princesa no le quedó más remedio que buscar trabajo. Y como haría cualquier otra Sloane de su especie, probó suerte en el mundo del arte. Pasó dos años en Nueva York trabajando para la compañía de subastas Paddle8 y al regresar a Londres en 2015, consiguió colocarse en Hauser & Wirth, donde es ahora directora.

placeholder  En las carreras de Ascot. (Getty)
En las carreras de Ascot. (Getty)

En cualquier caso, con un padre apodado Air Miles Andy, tal vez no sea sorprendente que el estilo de vida de sus hijas -apodadas 'princesas de la jet set'- esté siempre sometido a escrutinio. Hace varios meses, por ejemplo, saltó a la luz que Eugenia se había tomado 25 días de descanso durante las primeras 10 semanas de su trabajo como directora. En una entrevista con 'Vogue' en agosto, la protagonista recalcó: “Aunque se haga una reverencia a alguien, eso no significa que no trabaje duro por llegar donde quiere estar”.

[LEE AQUÍ: La última imagen de Eugenia de York y Jack Brooksbank antes de su boda]

Extraño limbo este de princesa de pleno derecho pero sin agenda real. Princesa con privilegios, pero sin obligaciones. Princesa examinada, pero en la periferia. Princesa segundona.

Seamos sinceros: ser segundón en la familia real británica ya no resulta tan rentable como antaño. La reina Victoria nació como la quinta en la línea de sucesión, pero acabó subiendo al trono. La mismísima Isabel II vino a este mundo tan solo siendo la sobrina del rey y luego terminó poniéndose la corona. Ahora, sin embargo, mucho se tendrían que torcer las cosas para que a los herederos no les llegue su turno de manera ordenada. En definitiva, si hoy en día naces como segundón, te quedas como segundón. Por lo tanto, por mucho rebote que se haya cogido tu padre porque tu boda no vaya a emitirse en directo por la BBC como la de tus primos, tienes que asumir que los británicos no estén muy al tanto de lo que ocurre este viernes en Windsor.

Boda de Eugenia de York y Jack Brooksbank Princesa Eugenia de York
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