Kate Moss no se perdió el fiestón de la boda de Eugenia: te lo contamos todo
La top model fue una de las invitadas a la boda del otoño en el Reino Unido. ¿Alguien pensaba que se iba a perder la fiesta posterior?
Si se hiciera una encuesta en el Reino Unido para determinar quién es la 'celebrity' más fiestera, salvo que se nos escape algún nombre muy 'local', estamos casi seguros de que la encabezaría Kate Moss. Que esto ni es bueno, ni es malo, ojo. Que hay a quien le gusta trasnochar y a quien no. La cuestión es que la 'top model' no se perdió el fiestón posterior a la boda de Eugenia de York y Jack Brooksbank, quien trabaja para Casamigos, la marca de tequila de George Clooney (lástima que ni Amal ni él acudieron a la boda).
Por cierto, que después de esta última pista que os hemos dado, no hace falta ser un lince para adivinar qué bebida corrió como el champán entre los invitados a este evento, así que, parafraseando a Paulina Rubio, diremos: "Dame otro tequila".
[LEE MÁS: Eugenia de York, una novia reivindicativa con la lección aprendida]
A lo que íbamos, que después de la boda, que fue mucho más 'decontracté' que la de Harry y Meghan Markle (por supuesto, más divertida), se dio todo, en la más amplia extensión del término. Para empezar, hubo un 'wedding singer' de tronío, como era predecible, que para eso estaba entre los invitados. En España cantaba Ortega Cano el 'estamos tan a gustito' y en el Reino Unido, el ex Take That Robbie Williams hizo honor a uno de sus grandes hits, 'Let Me Entertain You' (Dejadme que os entretenga).
Robbie, que en otros tiempos era un 'bad boy' de lo que no hay, se ha redimido y ahora es un feliz padre de familia. Además, lleva dentro un 'showman' que permanecerá hasta la tumba. Así que dio un miniconcierto 'privé' en Royal Lodge, la casa del príncipe Andrés, donde pernocta siempre que le apetece su exmujer, Sarah Ferguson, que para eso se llevan divinamente, que hubiera dicho Carmina. Y se bailó y se coreó lo más grande a Robbie, la clara demostración de que se puede salir de una 'boy-band' y no quedar en la cuneta del olvido (en España también lo está demostrando Blas Cantó).
Un gran día para Fergie
La madre de la novia, Sarah Ferguson estaba ayer pletórica, no solo porque no se enzarzó con su exsuegro, el duque de Edimburgo (al final sí que acudió a la boda de su nieta), su gran enemigo en palacio, sino porque nada salió mal, ni el banquete que se celebró antes de la fiesta que estamos glosando, ni por supuesto la ceremonia religiosa (lo más importante, no nos olvidemos) e incluso hoy, si está haciendo un 'clipping' de prensa (vamos, leyendo los artículos en su tablet), estará comprobando con orgullo y satisfacción que los críticos han sido benevolentes en general con los estilismos de sus hijas (y el suyo) e incluso han subrayado su esbeltez, ella que tanto peleó con la báscula en el pasado e incluso fue imagen de Weight Watchers precisamente por este motivo.
No seremos nosotros quienes pongamos peros un acontecimiento de estas características, en el que el protocolo no se convirtió (menos mal) en un corsé, y que reunió si no a tantas estrellas como en los Oscar al menos a un ramillete de famosos de serie A, B y hasta Z, dispuestos a pasárselo bien y a dar un poco de color a un otoño que ya ha llegado para quedarse.
Y, perdonad el chiste fácil, pero todos estuvieron tan 'Ricky Martin', que también asistió a la boda con su marido, a cuyo peinado el cantante puertorriqueño le aplicó un 'lo que el viento se llevó', habida cuenta de su imprevisto despeinado en el paseíllo a la capilla de San Jorge.
Así que, felicidades a los novios y a la familia real inglesa. Lo próximo, la inminente gira por los países de la Commonwealth de Harry y Meghan. Que el ritmo no pare...
Si se hiciera una encuesta en el Reino Unido para determinar quién es la 'celebrity' más fiestera, salvo que se nos escape algún nombre muy 'local', estamos casi seguros de que la encabezaría Kate Moss. Que esto ni es bueno, ni es malo, ojo. Que hay a quien le gusta trasnochar y a quien no. La cuestión es que la 'top model' no se perdió el fiestón posterior a la boda de Eugenia de York y Jack Brooksbank, quien trabaja para Casamigos, la marca de tequila de George Clooney (lástima que ni Amal ni él acudieron a la boda).