La estrategia de reinserción de la infanta Cristina en la familia real

La infanta Cristina está en Madrid con sus dos hijos pequeños desde el miércoles pasado. El motivo de esta visita, a cara descubierta, no es otro que celebrar el 80 cumpleaños de la reina Sofía. A diferencia de ocasiones anteriores en que esos viajes a España eran clandestinos, ahora no le hace falta esconderse. Y de hecho, no lo hace: se deja ver en lugares públicos y comparte con su hermana Elena y los hijos de ambas noches lúdicas en la Gran Vía de Madrid. Todos ellos acudieron al musical 'El médico', mientras en el Teatro Real los asistentes al concierto de zarzuela organizado por BMW aplaudían durante diez minutos a la reina Sofía.

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Y no solo disfrutaron de la velada, sino también quisieron saludar a los intérpretes del musical dejando claro, de esa manera, que no había impedimento para que su presencia fuera conocida. La infanta Cristina, relajada y sonriente, quiso demostrar que ya no es una proscrita en la corte del rey Felipe. Y tampoco sus hijos, que hasta este verano no se dejaban ver por las calles de Madrid.

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La norma de los Urdangarin-Borbón ha sido muy clara desde que se montó el 'cordón sanitario' alrededor del actual monarca para recuperar la credibilidad de la monarquía. Al considerar que el caso Nóos era un complot contra ellos, decidieron que la unidad familiar lo era al completo: o se admitía a todos los miembros o no había visita. Y así fue. Este verano, los hijos Urdangarin no acudieron a la cita con la abuela en Palma porque aún no había comenzado la operación 'rehabilitar a la Infanta'.

Uno de los primeros pasos de ese cambio de actitud fue la tarde de compras de la reina Sofía con su nieta, Irene, por la madrileña calle de Serrano. Después se supo que la niña estaba alojada en el palacio de la Zarzuela y que su madre, la infanta Cristina, también. Al fin y al cabo el recinto regio es la casa familiar de los abuelos y, por lo tanto, una vez que la menor de las Borbón Grecia quedó desimputada, consideraron que no había razón para ese extrañamiento doméstico.

Las visitas a Brieva

El cumpleaños de la reina Sofía es el mejor momento para esa reincorporación a la familia real ya que nunca dejó de ser infanta de España ni renunció a sus derechos dinásticos, a pesar de que don Juan Carlos primero y Felipe VI después se lo pidieron. Lo que sí perdió en junio de 2015 fue su ducado de Palma.

Este título le fue otorgado por el entonces Rey titular cuando se casó con Iñaki Urdangarin. No hay posibilidad de rehabilitarlo porque sería remover tiempos pasados, pero sí en cambio hay una decisión de dulcificar su imagen al margen de las tropelías de su marido. De ahí que cada vez la veamos con más asiduidad en Madrid y compartiendo el ocio con su familia. Lo que aún está por ver es si este cambio de rumbo será aceptado públicamente por la reina Letizia. Los 80 de doña Sofía es la cita clave para este giro que supone aceptar a la infanta Cristina en España

El caso Nóos sentenció a Iñaki Urdangarin, que permanece en la cárcel de Brieva cumpliendo su condena. Aunque no hay constancia gráfica, la Infanta lo ha visitado en varias ocasiones y seguramente también lo hará esta semana. En este sentido, hay una parte de los ciudadanos que consideran que no hay necesidad de añadir la imagen de la hermana del Rey de España entrando en prisión, una vez que ella quedó libre de la imputación. Hasta ahora se ha resguardado esa intimidad y es muy difícil que esto cambie.