Mette-Marit y otros royals que se enfrentaron a duras enfermedades
El pasado jueves saltaba la noticia de que la princesa noruega padece una fibrosis pulmonar. Te contamos el historial (médico) de otros miembros de la realeza
El pasado jueves saltaba la noticia de que la princesa Mette-Marit padece una fibrosis pulmonar, una grave enfermedad con la que va a luchar con todas sus fuerzas (de hecho, el viernes reaparecía para dar una imagen de tranquilidad). Para llegar al fondo del origen de su compleja dolencia y hacer un diagnóstico más preciso, así como para luchar contra ella, se va a contar con profesionales del país, pero también extranjeros. A la espera de una mayor concreción, lo único que podemos concluir es que se trata de una no muy buena noticia para una princesa que ya viene arrastrando desde hace tiempo otros problemas de salud.
A continuación repasamos el 'historial médico' de otros royals a los que la vida les puso a luchar contra dolencias graves. No todos lo superaron...
Harald de Noruega
El suegro de Mette-Marit fue intervenido de un cáncer de vejiga en 2003, lo que le llevó a estar apartado temporalmente de la vida pública. En 2005 también fue sometido a una operación de corazón y en noviembre del año pasado estuvo hospitalizado durante tres días por una infección. Pese a estos contratiempos, superada la barrera de los 80, sigue con una vida muy activa y no está en el horizonte la posibilidad de una abdicación.
El príncipe Daniel
Mette-Marit no es la única royal que ha tenido que luchar contra graves enfermedades o dolencias que la han llevado a situaciones muy delicadas. Ese fue el caso del príncipe Daniel, marido de la princesa Victoria de Suecia, quien fue sometido a un trasplante de riñón. Sus problemas renales (que fueron detectados en su adolescencia y se debían a una dolencia congénita) trascienden poco después de su compromiso matrimonial y tras un periodo sometiéndose a diálisis, llegó la operación en 2009. Para dar un toque de mayor emotividad a su situación, recordemos que su propio padre, Olle Westling, fue el donante del órgano.
El marido de la princesa heredera ha utilizado su experiencia personal para concienciar de la importancia de la donación, desde la Fundación Sueca de Pulmón y Corazón, de la que es miembro de honor. En 2015 habló por primera vez de su operación y manifestó que "apenas unas horas después del trasplante me sentí tan limpio y tan sano que fue increíble".
Victoria de Suecia
El príncipe Daniel no fue el único miembro de la familia real sueca que tuvo que luchar contra una grave enfermedad. Su mujer, Victoria de Suecia, también vivió momentos muy duros a consecuencia de la anorexia. Fue un asunto que se vivió con gran transparencia, ya que la Casa Real dio un comunicado para informar de esta situación de juventud que, afortunadamente, quedó superada.
En un documental, en 2017, la propia hija de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, manifestaba: "Pasé una época difícil. Necesité tiempo para resolverlo y recuperar el equilibrio, conocerme y descubrir dónde se encontraban mis límites y no presionarme demasiado".
Masako de Japón
La depresión es una enfermedad grave, que se puede arrastrar durante años. Este ha sido el caso de la princesa Masako, que la lleva padeciendo durante más de una década. Con motivo de su 53 cumpleaños, en 2016, la propia familia imperial admitía en un comunicado que seguia recuperándose y que tenía 'altibajos'.
Fue en 2003 cuando comenzó a limitar sus apariciones públicas a consecuencia de esta enfermedad, cuyo origen no se ha acabado de precisar nunca. Hubo quien apuntaba a que se debía a que no había tenido un hijo varón, que se convirtiera en heredero, otros a la rígida y protocolaria vida de la familia imperial.
Conocida con el apelativo de la 'princesa triste', el equipo médico que se ocupa de ella aseguraba entonces que había realizado grandes esfuerzos, que había progresado, pero que no estaba recuperada totalmente.
Akihito de Japón
El emperador de Japón ha tenido diversos problemas de salud, que ha logrado ir superando. En 2003 se hacía público que padecía cáncer de próstata, del que logró reponerse, pero posteriormente tuvo otros problemas relacionados con el corazón. En 2012, a los 78 años, se le implantó un bypass.
Paola de Bélgica
La mujer del rey Alberto de Bélgica, de 81 años, sufrió un derrame cerebral el pasado mes de septiembre mientras se encontraba en Venecia. La madre del actual rey Felipe fue trasladada a su país, donde sigue convaleciente.
Debemos recordar que ya arrastraba otros problemas de salud, pues en 2015 sufrió una arritmia cardiaca, que la obligó a guardar reposo absoluto, y el año pasado se le produjeron diversas fracturas.
Diana de Gales
En 1991, en unas grabaciones que trascendieron después de su muerte, Diana de Gales admitía haber estado luchando contra la bulimia y la ansiedad. Según manifestaba, comenzó a sufrir este problema cuando tenía 19 años. "La bulimia comenzó una semana antes del compromiso. Mi marido puso una mano en mi cintura y me dijo: 'Un poco gordita por aquí, ¿verdad?'. Esa afirmación disparó algo en mí", aseguraba la princesa de Gales, que falleció en un fatídico accidente de tráfico en París el 31 de agosto de 1997.
El cáncer en la familia real inglesa
Aunque en la familia real británica son muy longevos, esto no significa que no hayan tenido que luchar contra graves enfermedades, que en algunos casos les costó la vida. La reina madre, que falleció a los 101 años, sufrió dos cánceres: el primero de colon en 1966 y el segundo en 1984 de pecho. En ambos casos se mantuvo en secreto. Su marido, el rey Alberto, falleció a consecuencia de un cáncer de pulmón (era un fumador empedernido) en 1952, a los 56 años. Su hermano, Eduardo VIII, que abdicó por su historia de amor con Wallis Simpson, murió en 1972, un año después de que le diagnosticaran cáncer de pulmón.
La princesa Margarita, hermana de la actual reina, que falleció de un derrame cerebral en 2002, también se llevó el susto de su vida al ser intervenida de un tumor en un pulmón, que resultó ser benigno, pero que obligó a que le extirparán la mitad del órgano en 1985.
Hassan II
El padre del actual rey de Marruecos, Mohamed VI, falleció a los 70 años el 23 de julio de 1999. Ese mismo día había sido hospitalizado para ser tratado de una infección respiratoria y el comunicado oficial estableció que la muerte había sido un infarto.
Como en torno a la monarquía de este país ha habido una gran opacidad (a día de hoy se especula con la salud del actual monarca, que recientemente fue tratado en París por una arritmia cardiaca), a nadie se le escapaba que la salud del gran amigo del rey Juan Carlos era muy frágil hacía años y numerosos medios dieron por hecho que se trató de un cáncer.
Hussein de Jordania
Unos meses antes del fallecimiento del rey Hassan de Marruecos, el 7 de febrero de 1999, moría el marido de Noor de Jordania y padre del actual rey Abdalá, Hussein de Jordania.
A sus 63 años, sucumbía a un cáncer linfático, del que había sido tratado en la Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota (Estados Unidos), donde había sido sometido a un transplante de médula y quimioterapia. Siete años antes le habían extirpado un riñón.
Juan Carlos I
Aunque no podemos decir que haya padecido ninguna enfermedad grave, en 2010 saltaron las alarmas cuando fue operado de un nódulo en un pulmón que fue benigno. Sin embargo, sí que podemos acreditar una estrecha relación con los quirófanos, ya que ha sido intervenido nada menos que en 15 ocasiones.
En algunos casos debido a cuestiones como una apendicitis, en otras por percances relacionados con el deporte y también para implantarle prótesis en las rodillas y en las caderas.
Friso de Holanda
En su caso tampoco se trató de ninguna enfermedad, sino de un desgraciado accidente en la nieve en febrero de 2012, que llevó al hijo de la ahora princesa Beatriz de Holanda a estar dieciocho meses en coma hasta su muerte. Friso, que estuvo sepultado bajo un alud durante unos 25 minutos, sufrió severísimas e irreversibles lesiones en el cerebro por la falta de oxígeno. Falleció en agosto de 2013.
El pasado jueves saltaba la noticia de que la princesa Mette-Marit padece una fibrosis pulmonar, una grave enfermedad con la que va a luchar con todas sus fuerzas (de hecho, el viernes reaparecía para dar una imagen de tranquilidad). Para llegar al fondo del origen de su compleja dolencia y hacer un diagnóstico más preciso, así como para luchar contra ella, se va a contar con profesionales del país, pero también extranjeros. A la espera de una mayor concreción, lo único que podemos concluir es que se trata de una no muy buena noticia para una princesa que ya viene arrastrando desde hace tiempo otros problemas de salud.