La infanta Cristina, lejos de su familia política desde que Iñaki está en prisión
El distanciamiento afecta a su relación con Iñaki, a quien ha visitado "pocas veces". Ahora que las puertas de casa de sus padres vuelven a estar abiertas, ha priorizado a su familia
Hace tiempo que su círculo le pide “que abra los ojos”, que tiene que reaccionar. Pero no ha sido hasta que Iñaki Urdangarin ha entrado en prisión que su mujer, la infanta Cristina, ha empezado una nueva vida. Una vida alejada de su familia política y cada vez más cerca de la familia del Rey, que no de la familia real.
Ha sido por obligación, es cierto; nadie puede negar el sufrimiento de la Infanta ante el encarcelamiento de su marido. No obstante, esa distancia física se ha tornado en distancia sentimental de alguna manera.
Pese a que se ha sentido abandonada durante todos estos años de travesía en el desierto, la hermana de Felipe VI, hija de reyes, no ha podido resistir la tentación cuando ha vuelto a notar el calor de hogar.
La familia Urdangarin sigue allí, por supuesto; con ellos pasó las vacaciones de verano. En Bidart, el pueblito de la Costa Vasca francesa donde desde hace años Claire Liebaert alquila una casa para acoger a muchos de sus siete hijos y sus familias (no todos, que no caben).
Se acercan las Navidades, uno de los momentos más duros para los presos y sus familias. Las fiestas navideñas serán un momento para volver a Vitoria con los niños, sin duda, pero este año “la visita será más corta”, apuntan las mismas fuentes. La infanta Cristina tiene ganas de estar con los suyos y en lugar de esperarles en casa de su marido, será ella quien vaya a Madrid.
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Iñaki está hundido y la Infanta quiere levantar cabeza. Han cambiado las cosas y considera que le toca disfrutarlas. Y las visitas semanales a la cárcel no entran en ese calendario. Todos hemos leído que la Infanta ha visitado a su marido en Brieva, algo que ha sucedido unas cuantas veces. Cierto. “Pocas -advierten desde su círculo- y cuidado que no sean cada vez menos”.
Zarzuela, casa de los abuelos
Como las visitas a la familia Urdangarin en Barcelona. Antes, hace tan solo unos meses, cuando la Infanta venía por trabajo a la capital catalana, cosa que suele hacer cada dos semanas, en su agenda no faltaba nunca un encuentro con Ana Urdangarin. Son cuñadas y grandes amigas. Pero por cuestiones inciertas -estrés, demasiado trabajo, pocas horas…- cada vez se ven menos.
Nada de lo que pueda suceder afectará a la relación de los cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, con sus primos. Pero su madre hará lo posible por que vuelvan a sentir la Zarzuela como la casa de los abuelos. Pese a quien pese. Aunque se apelliden Urdangarin.
Hace tiempo que su círculo le pide “que abra los ojos”, que tiene que reaccionar. Pero no ha sido hasta que Iñaki Urdangarin ha entrado en prisión que su mujer, la infanta Cristina, ha empezado una nueva vida. Una vida alejada de su familia política y cada vez más cerca de la familia del Rey, que no de la familia real.