La noche en la que Kate brilló y Meghan quedó en un segundo plano

Ni la propia prensa inglesa encuentra una explicación determinante de por qué Harry y Meghan quedaron ayer relegados en el palco del Royal Albert Hall, donde se celebró el centenario de la firma del armisticio que ponía punto y final a la Primera Guerra Mundial. Un hecho histórico para el que se congregó la mayor parte de la familia real inglesa en el emblemático escenario, que estuvo amenizado, entre otros, por el incombustible Tom Jones, quien, por cierto, ostenta el título de Sir.

En efecto, los duques de Sussex estaban lejísimos de la front row ('Daily Mail' califica el lugar donde les ubicaron como 'asientos baratos'). Una primera fila ocupada por la reina Isabel II, a su izquierda Kate y Guillermo, y a su derecha, Carlos y Camilla. Sin embargo, tenemos que irnos a una esquina del palco y en tercera fila para encontrarnos a los duques de Sussex. Mucho más en primer término nos encontramos al príncipe Eduardo y su mujer, Sophie, o al príncipe Michael de Kent. También a la prmiera ministra, Theresa May, con su marido, Philip.

Al margen de esta cuestión anecdótica sobre los lugares ocupados por ambas cuñadas, que también tiene que ver con el lugar que ocupan sus maridos en la línea sucesoria, fue una ocasión para ver a la soberana, Isabel II, en plena forma a sus espléndidos 92 años (hace solo unos días se la vio montando a caballo), luciendo en su solapa las amapolas conmemorativas de rigor. No la acompañaba su marido, Felipe de Edimburgo, pues, como es sabido, decidió retirarse de la vida pública y solo comparecerá en los eventos que le apetezca. Así que, en este sentido, no hubo sorpresas...

De hecho, el 11 de noviembre es conocido como el Poppy Day (Día de las Amapolas), en alusión a estas flores que simbolizan el también conocido como Día del Recuerdo. Una constumbre que instauró el rey Jorge V basándose en un poema de John McRae, 'En los campos de Flandes', quien estableció un paralelismo entre estas flores que cubren los campos en primavera y la sangre que se vertió en ellos.

La reina Isabel II estuvo respaldada en este día de marcado carácter emotivo para los ingleses por su hijo y heredero, el príncipe Carlos, quien celebrará esta misma semana, el día 14, una gran fiesta por su 70 cumpleaños, que se convirtió como ya ocurriera cuando cumplió los 60 en un gran cónclave de royals.

Consideremos pues este acto conmemorativo como los prolegómenos de otro gran acontecimiento social en el que se escenificará una vez más el gran año que está viviendo la familia Windsor, a la que vimos muy bien avenida anoche.

Particularmente sonriente estaba Sophie Rhys-Jones, la que siempre fue la nuera más discreta de la reina Isabel, que palideció ante la elegancia de sus sobrinas políticas, Kate (de Roland Mouret y zapatos de Jimmy Choo) y Meghan (que repetía abrigo de Stella McCartney), ambas de negro. El único pero que le ponemos a la duquesa de Sussex tiene que ver con sus medias, en una tonalidad nada favorecedora.

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Por otra parte, Meghan está felicísima con su embarazo, en plena forma, y ajena a las polémicas que suelen rodearla. La última noticia que ha dado mucho que hablar, la renuncia inesperada de su asistente. En el caso de la actriz de 'Suits', lo único que podemos añadir es que es posiblemente el miembro de la familia real británico más observado en estos días.

Meghan Markle ha vuelto a ser protagonista hoy domingo de numerosos titulares, pues ha presenciado el acto conmemorativo del Día del Recuerdo desde un balcón distinto que la reina Isabel, Camilla y Kate Middleton. Las especulaciones han vuelto a surgir en torno al debut de la duquesa de Sussex en un acto de estas características.