La soledad de Meghan Markle en un debut muy importante para ella

Anoche fue muy comentado el lugar que ocuparon Harry y Meghan en un acto celebrado en el emblemático Royal Albert Hall de Londres, con motivo del centenario de la firma del armisticio que ponía punto y final a la Primera Guerra Mundial. Sorprendió que quedaran relegados a un rincón, en tercera fila, en el palco donde la familia real británica casi en pleno disfrutó de un acto en el que la figura central fue la reina Isabel II.

Como decimos, los medios británicos se preguntaban el porqué de esta situación en el palco, pero hoy se ha vuelto a repetir una circunstancia muy similar en Londres, pero antes de llegar al meollo de la cuestión vamos a explicar bien el contexto...

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El príncipe Carlos ha ocupado hoy el lugar que tradicionalmente era de su madre, la reina Isabel, por segundo año consecutivo, en la solemne ceremonia que se ha celebrado para recordar a las víctimas de esta sangrienta contienda. Mientras esto ocurría en Londres, en Francia también se reunían diversos líderes internacionales para celebrar este importantísimo centenario.

La veterana monarca, de 92 años, en lugar de depositar una ofrenta floral ha preferido ver el acto desde un balcón, acompañada por su nuera, Camilla, y Kate Middleton, pero... ¡ni rastro de Megah! La mujer de Harry de Inglaterra, que debutaba en un acto de esta trascendencia histórica, se encontraba viendo la ceremonia desde otro balcón acompañada por la mujer del presidente alemán, Fran-Walter Steinmeier. Un hecho histórico, pues era la primera vez que un líder de ese país participaba en este acto desde que el Cenopatio, ante el que se han hecho ofrendas florales, se inauguró en 1920. Una manera de escenificar el cierre de heridas en un escenario político, además, complejo, como es el Brexit.

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Meghan Markle presenció la ceremonia, en la que participaron, entre otros, su marido, Harry, el príncipe Guillermo y los hijos de la reina Isabel, el príncipe de Gales, el duque de York, el príncipe Eduardo y la princesa Ana, y Theresa May, primera ministra británica.

La gran ausencia fue la del duque de Edimburgo, marido de la reina, que se perdía este evento por primera vez en casi 20 años, pues ya está retirado de la vida pública y solo acude a los eventos que estima conveniente.

En esta ocasión, todas las royals optaron por abrigos negros y las tradicionales amapolas, con las que se rinde homenaje a los caídos en la contienda, igual que las lucieron ayer durante el acto celebrado en el Royal Albert Hall.