Doña Sofía, más abuela que reina, compra regalos para sus nietos

Más abuela que reina, más cercana que nunca. La reina Sofía ha pasado unos años duros, en los que se ha visto incluso abucheada en la calle. Siempre querida y valorada, la Reina emérita se vio salpicada por los escándalos que rodeaban a la Corona española en un momento en que nada se perdonaba a nuestros royals. Así que ahora, pasada la tormenta, la madre del rey Felipe VI disfruta de nuevo del cariño de sus súbditos, que la reciben con aplausos y vivas a cada paso.

Como en tiempos pasados, incluso como en tiempos remotos y arcaicos. Su última salida, este domingo en el Rastrillo Solidario Nuevo Futuro, ha sido un paso más hacia esos baños de masas de los que tanto disfruta doña Sofía. Alllí ha vuelto a demostrar además que su familia es lo primero, en especial sus nietos, a quienes ha comprado regalos con entusiasmo.

Tanto los trabajadores del lugar como los voluntarios y lo visitantes han saludado a la Reina emérita con devoción. Capitaneado por su cuñada, la infanta Pilar, el rastrillo es uno de los lugares en los que doña Sofía se siente cómoda. Sabe que allí no habrá asperezas y que el ambiente le es propicio. Ambas cuñadas han recorrido el recinto del rastro juntas y contentas, mostrando una gran complicidad entre ellas. La hermana del rey Juan Carlos I no ha estado todos los días en la cita que preside pero este domingo, alertada de la real visita, allí estaba.

Un ramo de flores

Nada más llegar, doña Sofía ha recibido un ramo de flores cortesía de la casa, un regalo que ha agradecido mientras los allí presentes gritaban: “Viva la reina”. Además de su cuñada, la monarca ha contado con la compañía de su sobrina, Simoneta Gómez-Acebo, con quien se ha mostrado muy cariñosa.

La cita anual es uno de los momentos en los que la Reina emérita se muestra más relajada cada año. El pasado 2017, sin ir más lejos, paseó por el recinto, tomó algo con amigas en la zona gourmet y compró unos originales lápices con capuchón de fieltro y cascabeles en forma de árbol navideño, un tratamiento de belleza y unas pashminas de lana. Situado en la madrileña Casa de Campo desde hace años, este encuentro suele celebrarse a finales de noviembre.

El rastro presidido por la duquesa de Badajoz es una cita ineludible para el famoseo capitalino. Desde los personajes más mediáticos hasta los aristócratas más discretos, todos acuden a comprar algo con valor solidario en fechas cercanas a la Navidad. La reina Sofía, que vive un gran momento como reina y como abuela, no podía ser menos.