La familia de Charlène de Mónaco y la de Letizia: parecidos y grandes diferencias
Unos huyen de los focos y otros, como el hermano de la princesa monegasca, están más que a gusto en los palcos
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Las comparaciones son odiosas, pero las más obvias entre su alteza serenísima la princesa Charlène de Mónaco y su majestad la reina doña Letizia Ortiz Rocasolano saltan a la vista. Ambas tienen origen plebeyo –una nadadora, otra periodista–, ambas se casaron con un príncipe heredero –Alberto de Mónaco y Felipe de Borbón– y ambas han aportado dos descendientes a la Corona de sus países.
También les unen las difíciles relaciones con sus cuñados –Charlène vs. la princesa Carolina y Letizia vs. Iñaki Urdangarin, como enfrentamientos más notorios–, los rumores sobre la estabilidad de su matrimonio, aunque en este caso la sudafricana gana por goleada a la española en número y jugosidad de titulares. Pero vamos a bucear en otros miembros de las respectivas familias para ver si hay más cosas que las unen o que las separan.
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En cuanto a sus respectivos padres, los de Letizia son Jesús Ortiz, periodista, y Paloma Rocasolano, enfermera, que llevan separados desde los 90. Los de Charlène, Michael Kenneth Wittstock, que es ejecutivo de ventas, y Lynette Wittstock, instructora de natación retirada, que se trasladaron de Rodesia (actualmente Zimbabue) a Sudáfrica cuando ella tenía 11 años.
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Telma Ortiz y Gareth Wittstock, la noche y el día
En cuanto a sus hermanos, los que más se han situado siempre bajo los focos de la atención pública han sido Telma y Gareth. La hermana de doña Letizia Telma Ortiz se mostró siempre arisca con los medios de comunicación desde que saltase a la fama. Hasta tal punto que interpuso una demanda contra 54 medios de comunicación por acoso, que sería posteriormente desestimada por el juez.
Y aunque a Gareth Wittstock no le son ajenos los paparazzi, el hermano de Charlène de Mónaco vive una vida idílica en Mónaco. Reside en un apartamento de lujo, no trabaja y va de fiesta en fiesta. Se le conoce como el Pippa Middleton masculino o incluso el Conde de Mónaco, y reside en el principado junto a su madre y su novia, la modelo británica Roisin Galvin. Mike, el padre de la princesa, y Sean, su otro hermano, que está estudiando para ser piloto de helicópteros, siguen en Sudáfrica.
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El capítulo de los hermanos cierra la faceta más dramática de los Ortiz Rocasolano, ya que Érika, la hermana menor de Letizia, falleció en febrero de 2007 cuando tenía 31 años a causa de una depresión. La tragedia ha acompañado también a la familia de Charlène, que en su rama británica vivió abandonos conyugales, hijos entregados en adopción y en el peor episodio, tres familiares muertos en un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial.
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El resto de la familia Wittstock se ha mostrado huidizo con la prensa y ha mantenido un perfil bajo, por eso no encontramos equivalentes al fallecido Francisco Rocasolano, improvisado portavoz de su nieta al desvelarse su compromiso con el entonces Príncipe de Asturias y bautizado como el 'abuelo taxista’, o Henar Ortiz, que se autodefine como su tía “laica, roja y republicana”.
Pero sobre todo a Charlène y Letizia les une una historia de princesas de cuento en la que aún no sabemos si acabarán felices y comiendo perdices.
Las comparaciones son odiosas, pero las más obvias entre su alteza serenísima la princesa Charlène de Mónaco y su majestad la reina doña Letizia Ortiz Rocasolano saltan a la vista. Ambas tienen origen plebeyo –una nadadora, otra periodista–, ambas se casaron con un príncipe heredero –Alberto de Mónaco y Felipe de Borbón– y ambas han aportado dos descendientes a la Corona de sus países.