Don Juan Carlos, de la mofa en una marisquería al homenaje en dos semanas
Hoy hace 43 años de la proclamación del entonces Príncipe de España como rey. Mientras se confirma su papel en el aniversario de la Constitución, sufre las consecuencias de su mala imagen
El pasado fin de semana, el rey Juan Carlos I estuvo en tierras gallegas. No es una novedad, sus mejores amigos en los últimos tiempos son también sus compañeros de equipo en las regatas. El Rey, la infanta Elena y su inseparable Pedro Campos acudieron a un 'choco' de Vigo, un local donde se reúne la Asociación de Amigos de la Buena Mesa habitualmente para sus citas gastronómicas, tal y como explica el 'Faro de Vigo', que sigue: "Además de una deliciosa cena, los comensales disfrutaron de anécdotas en una velada llena de complicidad".
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Lo que el citado artículo obvia es que a la salida de la cena, un grupo de curiosos estaba esperando al antiguo monarca y a doña Elena. Mientras el Rey se encaminaba como podía al coche, la gente le gritaba. Algunos le recordaban su campechanía, otros directamente se mofaban de él: "¿Qué tal el centollo, Juancar? ¡Galicia calidade!".
El padre de Felipe VI no respondió en ningún momento a las provocaciones. Es consciente de que su imagen no pasa por el mejor momento. Hoy, cuando se cumplen 43 años del día de su proclamación como rey de España, este y otros episodios permiten diagnosticar hasta qué punto sus últimos años han manoseado la imagen del antiguo monarca.
Aquel 22 de noviembre de 1975, España amaneció dispuesta a vivir un día histórico. Desde primera hora de la mañana, miles de personas se concentraban alrededor de las Cortes, salían a los balcones, escuchaban la radio, todos querían vivir en directo la reinstauración de la monarquía 44 años después. A Franco, que llevaba varios días muerto, aún le quedaban 24 horas para protagonizar el entierro más famoso de España en el Valle de los Caídos.
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Tal y como recuerda el número de 'ABC' de aquel día, la jura fue retransmitida por televisión a más de 30 países y seguida por más de 300 millones de telespectadores en todo el mundo. A las doce y media en punto los entonces Príncipes de España y sus hijos, los Infantes, hicieron su entrada en el Congreso. Don Juan Carlos vestía el uniforme de capitán del Ejército de Tierra. Doña Sofía llevaba un traje fucsia confeccionado por las hermanas Molinero, que hoy está expuesto al público en el Real Museo de Aranjuez (donde también está el vestido de novia de doña Letizia).
Según se relata en los archivos del Congreso, el presidente del Consejo de Regencia, Rodriguez de Varcálcel y Nebreda, tomó en sus manos el libro de los Evangelios, sobre el que el Príncipe puso su mano derecha. "Señor, ¿juráis por Dios y sobre los Santos Evangelios cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los Principios que informan el Movimiento Nacional?".
Juan Carlos respondió: "Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional". "Si así lo hiciereis, que Dios os lo premie, y si no, os lo demande", respondió el presidente del consejo de Regencia. "En nombre de las Cortes Españolas y del Consejo del Reino, manifestamos a la Nación Española que queda proclamado Rey de España Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que reinará con el nombre de Juan Carlos I".
La solemnidad fue rota en varias ocasiones por la emoción de los presentes. Según relatan las crónicas, a continuación el ya Rey comenzó un discurso que fue interrumpido hasta en cinco ocasiones por los aplausos de los presentes. Don Juan Carlos pronunciaba palabras como bálsamos: "Que todos entiendan con generosidad y altura de miras que nuestro futuro se basará en un efectivo consenso de concordia nacional".
El próximo 6 de diciembre, el rey Juan Carlos volverá a ocupar casi con toda seguridad un lugar preferente en el Congreso. Será en el acto institucional por el 40 aniversario de la Constitución Española. Un momento para el homenaje, cuando la calle parece haberle perdido definitivamente el respeto.
El pasado fin de semana, el rey Juan Carlos I estuvo en tierras gallegas. No es una novedad, sus mejores amigos en los últimos tiempos son también sus compañeros de equipo en las regatas. El Rey, la infanta Elena y su inseparable Pedro Campos acudieron a un 'choco' de Vigo, un local donde se reúne la Asociación de Amigos de la Buena Mesa habitualmente para sus citas gastronómicas, tal y como explica el 'Faro de Vigo', que sigue: "Además de una deliciosa cena, los comensales disfrutaron de anécdotas en una velada llena de complicidad".