El duro aterrizaje de la reina Sonia en la familia real, contado por su propia hija

La historia de amor de Harald y Sonia de Noruega es una de las más románticas de la realeza. El entonces príncipe heredero luchó con uñas y dientes para que sus padres y la Corona aceptaran a esa bella costurera de la que se había enamorado hasta las trancas. Ni la princesa Sofía de Grecia ni nada. Él quería casarse con aquella joven llamada Sonia Haraldsen a la que había conocido en un campamento de verano cuando ambos tenían 15 años. Ella, por su parte, amenazó incluso con suicidarse si no la dejaban estar con el el hombre de su vida.

"O me caso con Sonia o renuncio a mis derechos dinásticos", aseguran que le dijo el príncipe a su padre, el rey, algo que provocó que aceptara su matrimonio con Sonia y que el Gobierno también lo hiciera. Sin embargo, los problemas no terminaron ahí. Ahora hemos sabido por boca de la propia hija de ambos, la princesa Marta Luisa, los problemas que tuvo que afrontar Sonia al entrar a formar parte de la Corona.

Fue durante su estancia en Davos, en una charla sobre feminismo, cuando Marta Luisa contó que la persona a la que más admira del mundo es su madre. "Ella es mi heroína. Lo pasó mal porque llegó a palacio y no había espacio para ella. No tenía una oficina, nadie la dejaba acudir a las reuniones. Estaba completamente excluida", explicó en un perfecto ingés la hermana del príncipe Haakon.

Un matrimonio estable

Sin embargo, Sonia no se dio por vencida. "Ella ha encontrado su camino para convertirse en una líder, al lado de mi padre. Todos pasamos por ese proceso, de diferentes maneras", contó Marta Luisa sobre su madre, quien justamente hace medio año celebró sus bodas de oro con el rey Harald. Durante estos cincuenta años, han sido uno de los matrimonios más estables de la realeza, sin rumores de crisis ni infidelidades.