El nuevo (y neoyorquino) 'desafío' de Meghan Markle a las normas de palacio

Por muy duquesa de Sussex que sea e intente ceñirse al protocolo siempre, hay cosas a las que Meghan Markle no quiere renunciar. Una de ellas son sus amigas, aquellas que fueron las primeras en salir en su defensa cuando estaba en el punto de mira de los medios británicos. Las mismas que le han organizado una baby shower para este martes en Nueva York. Un motivo más que suficiente para dejar por unos días Kensington y viajar hasta su país de origen, donde ya se ha encontrado con sus BFF, entre ellas, Jessica Mulroney, su mejor amiga y organizadora de la fiesta.

De momento, ya hemos podido ver a Meghan por la Gran Manzana, una ciudad que conoce muy bien, ya que vivió allí durante muchos años mientras rodaba 'Suits', la serie que la catapultó a la fama. Al parecer, llegaba el pasado sábado, pero no ha sido hasta dos días después cuando se la ha visto por las calles de Nueva York, cuando salía de una cafetería del Upper East Side, intentando pasar desapercibida. A pesar del abrigo negro largo, la gorra y el pelo estratégicamente colocado para que no se la viera, sus esfuerzos para camuflarse fueron en vano. Queda claro que la duquesa quiere hacer una separación entre su vida pública y sus momentos privados, una filosofía que nos recuerda mucho a la de la reina Letizia.

La fiesta baby shower es una costumbre muy arraigada en los países anglosajones y Meghan Markle no ha querido renunciar a ella. Casualidad o causalidad, lo cierto es que la agenda oficial de la esposa del príncipe Harry consta de varios días en blanco. La última vez que la vimos fue el pasado martes, cuando asistió a la obra de teatro 'The Wider Earth' en el Museo de Historia Natural, acompañada de su marido. Nada de compromisos desde entonces hasta este próximo fin de semana, cuando los duques de Cambridge visitarán Marruecos.

Aunque el príncipe Harry tampoco tiene ningún compromiso estos días en la agenda de palacio, todo apunta a que se ha quedado en Reino Unido y no ha viajado hasta Nueva York, con el fin de que Meghan disfrute al máximo de su escapada de chicas. Eso sí, aunque se trata de un viaje estrictamente privado, no falta la habitual seguridad de la familia real y un escolta sigue cada uno de sus pasos.