Meghan Markle, la mujer que susurraba a los caballos y comía pasteles

Continúa la visita oficial de los duques de Sussex a Marruecos con una Meghan Markle entregada a la causa y haciendo que casi se olvide toda la polémica de la semana anterior, relacionada con su viaje a Nueva York. Este lunes, último día de su viaje, el príncipe Harry y su esposa han comenzado la jornada con una temprana visita a la Real Federación Marroquí de Deportes Ecuestres, donde han tenido oportunidad de conocer el programa de ayuda a niños con necesidades especiales, a través de la terapia con caballos.

Los duques de Sussex han paseado cerca de los establos, contemplando los ejemplares y acariciando a alguno de ellos, dóciles ante la calmante presencia de Meghan, todo sonrisas desde que puso un pie en Marruecos. También han podido compartir algunos minutos con el personal del centro, interesándose por su trabajo en un perfecto francés, idioma que ambos dominan -o al menos, eso es lo que pone en el currículum de la exactriz-.

Los looks de Meghan han sido uno de los grandes atractivos de este viaje, ya que había enorme expectación por ver si pasaba el examen estilístico, respetando la cultura del país y los inconvenientes propios de su avanzado embarazo. Para la mañana del lunes, la duquesa de Sussex ha apostado por pantalones pitillo, camiseta de rayas y sahariana en color verde militar, un estilismo muy cómodo si no fuera por los altísimos tacones con los que tuvo que caminar por césped, arena y caminos empedrados. La cazadora es de la firma J.Crew y se trata de una prenda rescatada de su fondo de armario, que ya lucía en 2016, cuando faltaban aún muchos meses para convertirse en duquesa de Sussex.

Y tras la Federación Ecuestre, ha tocado el turno de la visita a Villa des Ambassadors, donde disfrutaron de una demostración culinaria de recetas de postres tradicionales, una rica tentación a la que los duques de Sussex no se pudieron negar, probando todos los dulces que se les ofrecían.

Durante toda la mañana, pudimos ver a Harry y Meghan cogidos de la mano y derrochando gestos espontáneos y de cariño, que están siendo la tónica general durante su visita a Marruecos. Su viaje está siendo el perfecto bálsamo que la duquesa de Sussex necesitaba, después de ser objeto de las más feroces críticas por parte de la prensa británica, que espera cualquier movimiento de la nieta política de Isabel II para lanzar sus ataques contra ella.