El sorprendente regalo de cumpleaños de la reina Isabel II a su hijo Eduardo

En una fecha tan especial como la del 55 cumpleaños de su hijo Eduardo de Inglaterra, la reina Isabel II ha querido sorprender a su benjamín con un regalo inolvidable. Como era de esperar, no iba a ser un obsequio convencional tratándose de la monarca.

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Esta ha optado por uno honorífico, concediendo a su hijo un título nobiliario. Así, el conde de Wessex ha recibido por el día de su cumpleaños, un título adicional, el de conde de Forfar.

A partir de ahora, tanto Eduardo de Inglaterra como su esposa Sophie usarán el título de conde y condesa de Forfar, siempre que se encuentren en Escocia.

El hermano menor del príncipe Carlos de Inglaterra está muy vinculado a esta región en la que suele realizar una gran actividad institucional como miembro de la Casa Real.

El condado de Forfar se creó por primera vez en 1661 y fue un título perteneciente a la familia Douglas. El primer conde de Forfar fue Archibald Douglas entre los años 1653 y 1712. Su hijo, también Archibald Douglas, tomó el título a los 20 años, hasta que murió en 1750 y con el condado.

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Pero ¿por qué el príncipe Eduardo es conde (por dos veces), pero no duque, como su padre, sus hermanos Carlos y Andrés y sus sobrinos Harry y Guillermo? Cuando contrajo matrimonio con Sophie en 1999, lo que se esperaba era que recibiera este título, pero no fue así, a pesar de que por tradición así debería haber sido.

Según explican en 'Royal Central', el motivo es que en la Casa Real han decidido esperar a concederle este título cuando muera su padre, el actual duque de Edimburgo. Los planes para Eduardo son que él continúe con su trabajo.

Sería entonces cuando heredaría el título, aunque no de manera inmediata, ya que no es un trámite tan sencillo como el traspaso de la Corona, que es cedida directamente a la siguiente línea de sucesión. De hecho, por defecto sería el príncipe Carlos de Inglaterra el que debería heredar primero el título para después traspasarlo a Eduardo.

Pero puede darse la circunstancia de que Carlos sea rey y herede el título a la vez. En ese caso, Corona y título de duque se fusionarían y Carlos tendría el poder absoluto para decidir qué hacer con el ducado de su padre. Si quisiera, podría incluso entregárselo a otro miembro de la familia real.

Confiemos en que se cumplirán las promesas y que Eduardo terminará sus días siendo duque de Edimburgo.