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Las restricciones que Mohamed VI impone a Lalla Salma, su exesposa
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UN AÑO DEL DIVORCIO

Las restricciones que Mohamed VI impone a Lalla Salma, su exesposa

Otras damas de la realeza árabe han intentado hablar con ella, sin éxito. Mohamed VI autoriza cada una de sus salidas. No está en la vida pública, pero sí en la vida privada de sus hijos

Foto: La princesa Lalla Salma, en una imagen de archivo. (EFE)
La princesa Lalla Salma, en una imagen de archivo. (EFE)

La jequesa Mozah bint Nasser, una de las esposas del emérito emir de Qatar, intentó en alguna ocasión hablar por teléfono con la princesa Lalla Salma, de 40 años, la que fue en la práctica la primera dama de Marruecos hasta su divorcio con el rey Mohamed VI, de 55 años, anunciado hace un año, el 21 de marzo de 2018, por la edición digital de la revista '¡Hola!'.

Le dijeron entonces a la jequesa que Lalla Salma no estaba disponible. Hubo otras mujeres, de otras casas reales árabes, que también trataron estos últimos meses de contactar con ella, pero no lo consiguieron, según fuentes marroquíes que se relacionan con la familia real. Las llamadas que no fue autorizada a atender son solo una de las restricciones a las que está sometida ahora la que fue durante 16 años la esposa del rey de Marruecos.

placeholder  Lalla Salma. (Getty)
Lalla Salma. (Getty)

Hace un año que '¡Hola!' anunció la ruptura matrimonial, pero en realidad tres meses antes Lalla Salma ya había desaparecido de la vida pública. Su última comparecencia tuvo lugar el 12 de diciembre de 2017 cuando, en el Museo Mohamed VI de arte moderno de Rabat, inauguró una exposición del pintor Mohamed Amine Bemnati, fallecido en 1971. Fue la última vez que su imagen, inconfundible con esa melena pelirroja y ligeramente rizada, apareció en un medio de comunicación marroquí.

[LEER MÁS. Un año sin ver a Lalla Salma: las claves de su ausencia pública]

Como nunca fue anunciada oficialmente, la Casa Real solo filtró la noticia a '¡Hola!', muchos marroquíes dudaban hasta el mes pasado de que su rey se hubiera divorciado. La revista española preferida de palacio lo volvió a confirmar con un artículo titulado 'Así es la vida de la princesa Lalla Salma un año después de su divorcio del Rey de Marruecos', publicado el 13 de febrero. Coincidía además con el inicio de la primera visita de Estado de los Reyes de España a Marruecos en las que la exesposa no apareció. En la anterior visita de Estado española, protagonizada en este caso por don Juan Carlos y doña Sofía, en enero de 2005, Lalla Salma había estado omnipresente. Las últimas dudas quedaron así disipadas.

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La revista apenas daba detalles del día a día de Lalla Salma que, señalaba, “se mantendrá fuera de la esfera pública, aunque no de la privada, ya que sigue estando muy presente en la vida de sus hijos”. Un año después de que se publicara la exclusiva, no se sabe ni siquiera si la exesposa sigue gozando del título de princesa que le fue otorgado a la joven ingeniera informática el 21 de marzo de 2002, cuando contrajo matrimonio con el soberano alauí en el Palacio Real de Rabat. La esposa del anterior rey, Hassan II, Latifa Amahzoune, de 72 años, solo llegó a obtener el rango de 'madre de los príncipes'.

El presente de Lalla Salma

La vida de Lalla Salma transcurre por ahora en la residencia de Dar Es Salam, en la periferia de la capital, allí donde estuvo siempre alojada desde que se casó con Mohamed VI. Allí vivió también, a finales de los años cincuenta, el rey Mohamed V, abuelo del actual monarca. Para culminar la salida de su exesposa de la familia real, el soberano pensó en trasladarla a alguna propiedad que no estuviera relacionada con la historia de la dinastía alauí.

Con tal propósito adquirió la villa, en las afueras de Rabat, de Mustafá Sahel, un exministro del Interior que falleció en 2012. Pero Mohamed VI trabó a principios de 2018 nuevas amistades, entre ellas con el boxeador alemán de origen marroquí Abu Zeitar y sus dos hermanos, y, como no tenían vivienda en la capital, decidió poner la casa a su disposición. Los tres treintañeros nacieron y viven en Colonia (Alemania).

placeholder El boxeador conocido como Gladiator y Mohamed VI. (Instagram)
El boxeador conocido como Gladiator y Mohamed VI. (Instagram)

El rey sigue por tanto buscando un alojamiento digno para su exesposa y su hija, la princesa Khadija, de 11 años. Ambas residen todavía en Dar es Salam y, algunos fines de semana, se les une el príncipe heredero Moulay Hassan, de 15 años, que regresa de Marrakech, la ciudad donde se instaló en septiembre. Optó entonces por dejar el Colegio Real de Rabat para incorporarse al Colegio Preparatorio en Técnicas Aeronáuticas de Marrakech que imparte un bachillerato especializado. Moulay Hassan quiere ser piloto y su padre no se ha opuesto a ello siempre y cuando siga en paralelo una formación que le prepare para ser rey.

[LEER MÁS: Todas las miradas puestas en Moulay Hassan de Marruecos, el heredero precoz]

Quizás sea a causa de esta sobrecarga de trabajo, los desplazamientos al extranjero en los que acompaña a su padre, la labores de representación que ejerce dentro de Marruecos o la desazón que le produce el divorcio-bronca entre sus progenitores; pero lo cierto es que los resultados escolares del heredero han empeorado estos últimos meses. Los de su hermana han seguido la misma senda. La embestida contra Lalla Salma, descrita como una mujer “desdeñosa”, “despectiva”, “colérica” y “agresiva” por 'Le Crapouillot Marocain', una publicación creada ex profeso desde las cloacas para atacarla, no han contribuido a la serenidad mental de los vástagos reales.

Del centro comercial a Portofino

A Lalla Salma se la ve de vez en cuando por Rabat con la princesa Khadija y, rara vez, también con Moulay Hassan. Van al Cine Atlas, compran en el centro comercial Mega Mall o almuerzan en un restaurante dando una impresión de normalidad que no es del todo real. La vida de la exesposa está sometida a múltiples restricciones. Cada una de sus salidas debe, por ejemplo, ser autorizada por el monarca como también lo fueron, en julio del año pasado, las vacaciones que los tres disfrutaron en el mar Egeo y en Niza. En Portofino (Italia), muy cerca de esta última ciudad francesa, la periodista marroquí Mariam Said, que anima un programa en una televisión del Golfo, se cruzó con ellos y no dudó en contarlo en un vídeo. “Me ha sorprendido que me reconozca”, afirmó Said. “Es muy guapa”, resaltó.

Toda la familia real, empezando por las hermanas del monarca, ha dado la espalda a Lalla Salma desde que se avistó la ruptura matrimonial. Algunos amigos e incluso miembros de su lejana familia –no la cercana, compuesta por su padre y sus cuatro hermanas- también se han distanciado probablemente convencidos de que ya no podían conseguir favores de palacio gracias a su intermediación o que relacionarse con ella resultaría perjudicial para sus intereses.

A Lalla Salma se la ve de vez en cuando por Rabat con la princesa Khadija y, rara vez, también con Moulay Hassan. Van al Cine Atlas o de compras

Este alejamiento de amigos y familiares lejanos quedó puesto de manifiesto en noviembre pasado cuando falleció Fatima Abdellawi, la abuela de Lalla Salma, la mujer que de verdad la crió porque su madre falleció cuando ella tenía solo tres años. Unos cuantos ni le dieron el pésame o lo hicieron casi a escondidas. Moulay Hicham, de 55 años, el 'primo rojo' de Mohamed VI y enfrentado con él, se distinguió una vez más trasladándole en Twitter “sus más sinceras condolencias”. El príncipe heredero sí se volcó con su madre ayudándole a preparar las exequias.

A Mohamed VI no le gustó esa actitud vergonzante de todos aquellos que antes rendían pleitesía a la princesa. Dio entonces una especie de toque de arrebato y a los 40 días del fallecimiento, cuando los musulmanes piadosos se reúnen para leer el Corán y recordar al difunto, ya no faltaba casi nadie a la cita funeraria.

placeholder  Junto a Mozah bint Nasser al-Missned. (Getty)
Junto a Mozah bint Nasser al-Missned. (Getty)

Lalla Salma dirigía también una fundación de lucha contra el cáncer que lleva aún su nombre. Esta no ha desaparecido, pero trabaja a ritmo lento desde el año pasado. En los escasos actos que organizó en 2018, como la celebración en Marrakech de la jornada internacional de los voluntarios o la firma de un convenio con el Instituto Marie Curie de Francia, la que en teoría sigue siendo la presidenta de la fundación ya no aparece. La sustituye Latifa Elabida, la secretaria general de la entidad.

“No hay acontecimiento mundano que entre amigos o en las familias haya suscitado más comentarios en Marruecos que el divorcio real”, asegura un pequeño empresario de Casablanca. La noticia se propagó en la primavera de 2018 como un reguero de pólvora, pese a que la prensa marroquí, temerosa de la reacción de palacio, no la recogió en sus páginas. Mohamed Siali, un periodista de la agencia EFE, preguntó, en marzo de 2018, a Mustafa el Khalfi, el portavoz del Gobierno marroquí, sobre la veracidad del divorcio y este le contestó que se dirigiera al gabinete real. En vano.

Boda anunciada, ruptura acallada

Palacio guarda silencio, algo que solo unos pocos medios de comunicación marroquíes, como los diarios 'Akhbar al Youm', 'Goud' o 'Alif Post', que se redacta desde España, han osado criticar. Este último se preguntaba en febrero cómo palacio pudo anunciar, hace 17 años, la boda real en un comunicado, y ahora omitir informar de la ruptura matrimonial. “(…) lo mínimo habría sido publicar una breve nota sobre el divorcio (…) y explicar cuál será su papel [de Lalla Salma] en el futuro (…)”, afirma. Se ignora no solo si sigue siendo 'princesa' sino cuál va a ser su estatuto.

placeholder Lalla y Mohamed, el día de su boda en 2002. (Getty)
Lalla y Mohamed, el día de su boda en 2002. (Getty)

Hace 17 años la monarquía marroquí se dio un barniz de modernidad no solo anunciando la boda y organizando una celebración por todo lo alto, sino dando a conocer a la futura esposa y elevándola al rango de princesa. Los marroquíes se acostumbraron a ver a una primera dama que, dentro y fuera del país, inauguraba seminarios sobre medicina y cáncer, pronunciaba discursos en varios idiomas y desarrollaba también actividades culturales. Su protagonismo iba en sintonía con el discurso del palacio real tendente a promover el papel de la mujer en el contexto conservador del mundo árabe-musulmán.

El mutismo actual de la Casa Real alauita acaba con ese toque innovador que dio pie a políticos y comentaristas europeos a prever para Marruecos una evolución aperturista que no se ha producido. Al contrario, la monarquía alauita tiene ahora más rasgos autoritarios que cuando en 2002 Lalla Salma se disponía a contraer matrimonio.

La jequesa Mozah bint Nasser, una de las esposas del emérito emir de Qatar, intentó en alguna ocasión hablar por teléfono con la princesa Lalla Salma, de 40 años, la que fue en la práctica la primera dama de Marruecos hasta su divorcio con el rey Mohamed VI, de 55 años, anunciado hace un año, el 21 de marzo de 2018, por la edición digital de la revista '¡Hola!'.

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