Reaparición oficial de Kate en el cumpleaños de Isabel II (sin Meghan)

El cumpleaños de la reina Isabel II, coincidente esta vez con la celebración del Domingo de Resurrección en Windsor, se convirtió en el escenario perfecto para que se produjeran esperadas apariciones. Por un lado, la de una embarazadísima Meghan Markle, que lleva días de retiro ante su inminente maternidad. Y por otro la de Kate Middleton, que no había acudido a ningún acto oficial desde los rumores de infidelidad del príncipe Guillermo.

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El interés que genera la familia real británica no tiene comparación con el de ninguna otra monarquía en el mundo. Cada uno de sus miembros es una turbina para el motor de ese trasatlántico en el que navegan los Windsor, mediáticamente hablando. Cuando medio mundo está pendiente de la llegada del primer hijo de Harry y Meghan, y el otro medio paladea los detalles de la presunta infidelidad del príncipe Guillermo a Kate Middleton, esta cita que comentamos podía ponerlos a todos en la foto en Semana Santa.

La familia suele pasar separada estos días de Pascua, pero la mayor parte de ellos se reúne el Domingo de Resurrección en Windsor, donde la reina Isabel actúa de anfitriona. En la capilla de San Jorge, tan célebre este año por las bodas de Meghan Markle y Eugenia de York, se celebra un servicio al que acuden religiosamente los hijos de la soberana, sus nietos y los bisnietos que procede. El año pasado, los grandes ausentes fueron precisamente Meghan Markle y el príncipe Harry, que se encontraban de vacaciones privadas fuera del país. Pero en esta ocasión había un doble motivo para acudir al servicio: su coincidencia con el 93 cumpleaños de Isabel II.

Finalmente, Meghan Markle ha sido la gran ausente. Su cuñada Kate no faltó al servicio del año pasado, a pesar de estar ya apartada de la agenda oficial por su próxima maternidad. La cita del año pasado fue un 1 de abril. Veintidós días más tarde daba a luz al príncipe Louis. Pero Meghan ha decidido no asistir.

No se trata de una cita oficial, sino de un acto privado, por lo que los miembros de la familia son libres de ir o no al servicio religioso. De hecho, el propio Harry suele ser uno de los ausentes (no este año, en el que sí ha acudido sin su esposa), junto con su abuelo, el duque de Edimburgo, poco amante de estos actos. Eso sí, el ya conocido paseíllo hasta las puertas de San Jorge se convierte en un desfile de tocados, estilismos monocolores y taconazos. Muy estilo british.

Esta vez no han faltado a la cita Lady Louise Windsor y su madre Sophie, condesa de Wessex; Autumn Phillips y Peter Phillips; Zara, nieta de Isabel II, y su esposo Mike Tindall o la princesa Ana y su esposo, Timothy Laurence.

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La última aparición pública de los duques de Cambridge fue el pasado viernes durante un torneo de caballos en Norfolk junto a la prima del príncipe Guillermo, Zara Phillips. La pareja ha intentado mantener una rutina de normalidad tras los insistentes rumores sobre la infidelidad del hijo de Lady Di con una amiga de la familia. Quizá esa normalidad ha incluido ahora dejarse ver con el resto del clan el Domingo de Resurrección en Windsor.