Victoria Federica: el look definitivo que la corona como reina de la Feria de Abril

Para qué nos vamos a andar con rodeos... Victoria Federica ha sido la auténtica reina de la Feria de Abril de Sevilla, con el permiso y todo el respeto de las demás asistentes, que, al igual que ella, lo han dado todo y han lucido sus mejores galas en un ambiente muy festivo.

Para una afirmación de esta magnitud nos basamos en algunos argumentos de peso... El primero ha sido su espectacular debut como madrina de la Exhibición de Enganches en la Real Maestranza de Sevilla, abarrotada, como habría dicho el Dúo Sacapuntas, y entregada a la elegancia y apostura heredada de su madre, la infanta Elena, y su padre, Jaime de Marichalar, todo un gentleman que lleva años acreditando el que muchos le consideren uno de los hombres más chic y refinados de nuestro país.

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En la cena previa, ya había apostado por vestido rojo de Vicky Martín Berrocal, diseñadora, por cierto, cada vez más pujante. Un look espectacular que acentuaba su estilizadísima y aristocrática silueta y que era el anticipo perfecto para el modelazo que lució en su esperadísimo debut. Un vestido a medida color mostaza firmado por Enrique Rodríguez Hidalgo, al que acompañaba con los preceptivos mantón de Manila, una mantilla beis (por protocolo la llevan las mujeres solteras, el negro queda para las casadas) y un abanico, todos ellos de Antigüedades Bastilippo, uno de los establecimientos con más solera y prestigio de la capital hispalense. Un look, sin duda, concebido para impactar y que logró con creces su cometido.

Pero no se vayan todavía, aún hay más... Victoria Federica subió la apuesta con un vestido de flamenca de la firma sevillana Notelodigo, que supo lucir con naturalidad en el ferial. Algo que no es especialmente sencillo ya que a veces se corre el riesgo de parecer disfrazada o de encontrarse un poco 'lost in translation'. Un error en el que ella no incurrió porque supo manejarse con la soltura requerida.

Un vestido ideal para esta ocasión

La ocasión era mucho menos solemne que la de su debut y se trataba de disfrutar de una jornada en la Feria con su gente, así que por ese motivo recurrió a una firma que tiene como seña de identidad la creación de prendas para adolescentes. El traje, realizado a medida en gasa y terciopelo, se adaptaba perfectamente a la silueta (también al color de su piel) de Victoria Federica, quien disfrutó a tope de un día entre amigas, algunas de ellas también clientas de la firma.

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El vestido era una creación clásica, que evita los grandes escotes o las espaldas al descubierto, muy en la línea de las preferencias de las clientas de la firma, las jóvenes más selectas de Sevilla, que quieren escapar de las estridencias pero no quieren ser ajenas a las tendencias actuales, como, por ejemplo, optar por talles bajos y desterrar las gamas cromáticas que puedan parecerles anodinas.