Harry y Meghan demuestran su respeto a la reina Isabel con un simbólico gesto

Por fin ha llegado el momento más esperado, la presentación oficial del primer hijo de los duques de Sussex y hemos visto por primera vez a Meghan Markle tras el parto. Tal y como era su deseo, la pareja ha disfrutado de dos días de privacidad con su bebé tras su nacimiento este lunes, antes de presentarlo oficialmente. Un momento que se esperaba con muchas ganas en Reino Unido y en el que se esperaba conocer también su nombre y su título, concedido por su bisabuela, Isabel II.

Y precisamente con la abuela del príncipe Harry, los duques de Sussex han querido tener un gesto que indica el respeto que le tienen, a pesar de lo mucho que se ha hablado sobre su distante relación con Meghan Markle y los continuos desafíos que la exactriz ha lanzado a la Corona y al regio protocolo desde su llegada a Buckingham. Y es que, tras los felices papis y Doria Ragland, madre de la duquesa, Isabel II srá la primera en conocer al recién llegado a la familia.

Un encuentro que se espera que suceda esta misma tarde. Da la casualidad de que la reina se encuentra actualmente en Winsdor, por lo que es muy poca la distancia que la separa de Frogmore Cottage, la residencia de los duques de Sussex, situada en el mismo recinto. Una situación perfecta para que el príncipe Harry y su esposa le puedan presentar presentar a su hijo a la monarca antes que a nadie, apuntándose un buen tanto para el futuro.

Isabel II recibía este martes las felicitaciones de algunos miembros de la Orden del Mérito, a los que saludó este martes en el mismo castillo de Windsor. Como es habitual, mostró su vena más flemática al mencionarle uno de los invitados el nacimiento de su octavo nieto. Conocida por su estricta interpretación de las normas en actos oficiales, la reina se limitó a contestar con un escueto "Sí, lo sé" a Jean Chretien, ex primer ministro de Canadá, que se quedaba con ganas de más conversación con su anfitriona y quiso preguntarle cuántos bisnietos eran en total, a lo que la monarca respondió con un simple "ocho".