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16 años después de la boda real: tragedias, juicios pendientes, cárcel y desamor
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ANIVERSARIO DE UN ACONTECIMIENTO HISTÓRICO

16 años después de la boda real: tragedias, juicios pendientes, cárcel y desamor

La vida no ha tratado igual de bien a todos los invitados al enlace de los reyes Felipe y Letizia, en el que se dieron cita las principales casas reales del mundo

Foto:  La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en la boda. (Getty)
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en la boda. (Getty)

Contrariamente a lo que decía el tango 'Volver', que 20 años no es nada, la vida puede causar estragos, incluso antes de que pasen dos décadas. Bastan 16, que es el tiempo que ha pasado desde la boda de los ahora reyes Felipe y Letizia, para poder constatar que el tiempo se ha empleado a fondo con un gran número de los selectos invitados a un acontecimiento que marcaba un antes y un después en la historia de España, como han evidenciado los hechos.

Relatar el devenir del extensísimo listado de asistentes (1.700) requeriría una extensión y un glosario más propio de 'Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez, que de un artículo periodístico de estas características, por lo que algunos se nos quedarán en el tintero... Solamente con los cambios que se han producido en ambas familias de los contrayentes, los Borbón y Grecia y los Ortiz Rocasolano, podemos aseverar sin caer en la exageración que la situación de los invitados en poco se parece a la de esa mañana lluviosa, en la que las malas condiciones climatológicas deslucieron relativamente un enlace que, al igual que ha ocurrido con los de otras casas reales europeas, fue glosado por los principales medios internacionales y objeto de una cobertura a la altura de su trascendencia.

Los problemas de la familia Borbón

Si comenzamos con la rama Borbón y Grecia, el acontecimiento más sorprendente (por lo inesperado) de estos quince años fue la inesperada abdicación del ahora Rey emérito (salpicado posteriormente por diversos escándalos, que llevaron en plena pandemia a su hijo a despojarle de su asignacion económica y a marcar distancias renunciando a una hipotética herencia), pero antes asistimos a la separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, que se hizo pública con el eufemismo de "cese temporal de la convivencia". Aunque el mayor escándalo que ha sacudido a la monarquía fue la imputación de la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, ahora cumpliendo condena en la prisión de Brieva por el caso Nóos. Un momento, tanto el de sentarse en el banquillo como el de la pérdida de libertad, que no llegó a presenciar Juan María Urdangarin, padre del exduque de Palma, que falleció en mayo de 2012 a consecuencia de un infarto.

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El Rey emérito ha sido quien más quebraderos de cabeza ha dado a la institución, después de que trascendiera su imagen en un safari en Botsuana y la aparición de unas controvertidas grabaciones de la princesa Corinna, "su amiga entrañable", en términos acuñados por la propia aristócrata, mano derecha en tiempos de Charlène de Mónaco. En estos años, los movimientos del rey Juan Carlos y la reina Sofía han sido sometidos a un gran escrutinio y don Juan Carlos está completamente apartado de la vida pública y pendiente de la Justicia en Suiza, con el implacable fiscal Yves Bertossa rastreando sus cuentas.

placeholder Carolina de Mónaco, en la boda. (Getty)
Carolina de Mónaco, en la boda. (Getty)

Otros asuntos, en este caso de índole sentimental, que han sido protagonistas de la crónica social de familiares del Rey son las separaciones de Beltrán Gómez-Acebo y Laura Ponte o de Simoneta Gómez-Acebo y José Miguel Fernández Sastrón, expresidente de la SGAE. Y el golpe familiar más duro fue la muerte de Pilar de Borbón, hermana del rey Juan Carlos, el pasado mes de enero, a los 83 años, víctima de un cáncer.

La familia de Letizia

En cuanto a la vida de la familia Ortiz Rocasolano, debemos subrayar que el acontecimiento más traumático fue la inesperada muerte de Érika Ortiz, hermana de la ahora Reina, en febrero de 2007. En su despedida vimos la imagen más desgarradora de la mujer de Felipe VI, que volvía a tener a la lluvia como telón de fondo de una tragedia que les marcó profundamente.

En estos años, la entonces Princesa y ahora reina Letizia también ha perdido a tres de sus cuatro abuelos: los maternos, Francisco y Enriqueta, y el paterno, José Luis, aunque su abuela materna, la locutora Menchu Álvarez del Valle, goza de buena salud a sus 91 años, como evidenció cuando recogió el galardón de honor de los Premios Gavá por su dilatada trayectoria profesional. Una solvencia que dejó de manifiesto en una de las lecturas de la ceremonia de la boda de su nieta con su privilegiada y educada voz.

placeholder Último adiós a Érika Ortiz. (Getty)
Último adiós a Érika Ortiz. (Getty)

La vida sentimental de su otra hermana, Telma Ortiz, también ha sido noticia en este tiempo, sobre todo por su boda y posterior divorcio de Jaime Ignacio del Burgo, y su posterior relación sentimental con Robert Gavin, que tuvo su puesta de largo en los premios Princesa de Asturias del año pasado. El abogado irlandés estuvo casado anteriormente con la cantante Sharon Corr, miembro del famoso grupo irlandés The Corrs, y está plenamente integrado en la familia Ortiz Rocasolano.

placeholder  Telma Ortiz, en la boda. (Cordon Press)
Telma Ortiz, en la boda. (Cordon Press)

Como ocurre con los enlaces de los príncipes herederos, la representación de las casas reales fue del más alto nivel (siempre está en función del lugar que ocupan los contrayentes en la línea sucesoria). Algunos de ellos ya no están entre nosotros: la reina Fabiola de Bélgica, el príncipe Henrik de Dinamarca, marido de la reina Margarita, el gran duque Juan de Luxemburgo; y de casas reales no reinantes, Miguel I de Rumanía y Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo hermano, compañero de estudios y uno de los mejores amigos del Rey emérito. Mención aparte merece la trágica muerte de Kardam de Bulgaria, quien, junto a su mujer, sufrió un accidente de tráfico en agosto de 2008 y falleció a consecuencia de las secuelas en 2015.

La lista de invitados al enlace del año en nuestro país estaba trufada por grandes personalidades de distintos ámbitos de la sociedad española y líderes internacionales que ya nos dejaron, como el mítico Nelson Mandela, Vaclav Havel, quien fuera presidente de la República Checa, y personalidades como la exministra Loyola de Palacio o el expresidente Leopoldo Calvo Sotelo. También fallecieron Emilio Botín, presidente del Banco Santander, la duquesa de Alba o Pitina, la mujer de Florentino Pérez, en 2014 a los 62 años.

Una noticia especialmente trágica entre los invitados fue el suicidio las pasadas navidades de Ari Behn, que acudió a la boda con la que entonces era su mujer, Marta Luisa de Noruega, quien ha sido el elemento más discordante de la familia por su controvertida relación sentimental con el chamán Durek Verrett, que la ha llevado a renunciar a su título de princesa con fines comerciales.

Problemas con la Justicia

Otro capítulo que no podemos pasar por alto es el de tribunales, que ya esbozábamos al hablar de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina o del propio Rey emérito. No nos olvidamos por eso de Rodrigo Rato, quien fuera presidente del Fondo Monetario Internacional y está actualmente en prisión. Otros lo han estado, como es el caso del expresidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, quien además lucha en la actualidad, al igual que su mujer, contra una leucemia.

Y como colofón, todo un capítulo de desamores: el expresidente Felipe González y la que fuera diputada Carmen Romero, Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez, Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover (él no se presentó a la ceremonia religiosa en la catedral de la Almudena), José Bono y Ana Rodríguez, Mario Vargas Llosa, ahora feliz con Isabel Preysler, y Patricia, o Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria.

Contrariamente a lo que decía el tango 'Volver', que 20 años no es nada, la vida puede causar estragos, incluso antes de que pasen dos décadas. Bastan 16, que es el tiempo que ha pasado desde la boda de los ahora reyes Felipe y Letizia, para poder constatar que el tiempo se ha empleado a fondo con un gran número de los selectos invitados a un acontecimiento que marcaba un antes y un después en la historia de España, como han evidenciado los hechos.

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