La reina Sofía, la feliz 'víctima colateral' de la jubilación del Rey

Doña Sofía no se jubila y por lo tanto seguirá con su escasa agenda oficial. Una de las cosas buenas del retiro institucional de su marido es que ya no le tendrá que acompañar como consorte real. Ahora cada uno puede hacer su vida sin necesidad de obligaciones mediáticas. Don Juan Carlos compartirá aficiones con su grupo de fieles amigos gallegos y el núcleo (también discreto) cinegético. El Rey ya no caza, pero sí alterna en ese ambiente que tanto le gusta donde además de las batidas por el campo en las que no participa, sí lo hace después en las cenas con tertulias y flamenco.

Ese entorno nunca le ha gustado a doña Sofía por muchas razones que no vienen al caso. Y si antes no se identificaba con ese aspecto lúdico de don Juan Carlos, mucho menos ahora.

Que la relación matrimonial se rompió hace muchos años es un dato de sobra conocido y, por lo tanto, ahora que el marido real desaparece de la vida pública, la reina emérita tendrá más libertad de acción, tanto para dedicarse a sus cosas como a las actividades solidarias. No tiene vacaciones privadas y de los miembros de la 'primera familia' es la única que disfruta del palacio de Marivent, donde pasa mucho más tiempo del que aparece en prensa.

Hay una leyenda urbana que la colocó durante años en Londres de jueves a domingo compartiendo la vida familiar con su hermano Constantino, que ahora vive en Grecia. Nunca se demostró ese periplo viajero porque no hay imágenes de esas estancias londinenses. La única vez que se la pudo fotografiar fue previa a unas Navidades comprando en los almacenes Harrod's durante muchas horas.

En aquel momento, se llegó a comentar que había ciertas órdenes de 'arriba' para que los escoltas facilitaran el trabajo. Así se demostraba la vena consumista de la Reina de España. En este sentido, doña Sofía estaría más cerca de la duquesa de Alba y las compras que Cayetana hacia de 'pongos' (¿dónde los pongo?) y baratijas en los mercadillos para regalar que de una compradora compulsiva..

Cuando acude en Navidad a la almoneda solidaria de Nuevo Futuro se pasea por los puestos y adquiere desde galletas a belenes en miniatura, colgantes étnicos y chorraditas para sus nietos.

Cuando voló en el año 2010 a Sudáfrica para el Mundial de Fútbol donde España quedó campeona, la Reina (además de aparecer con una chal con la bandera española en la tribuna) quiso llevarse un recuerdo. Y no se le ocurrió otra cosa que comprar vuvuzelas para todos sus nietos, incluidas la infanta Sofía y la Princesa de Asturias, que en aquel momento tocaban la pandereta en el colegio.

Hasta que don Juan Carlos abdicó, la agenda de doña Sofía no tenía horario y así se lo explicaba a la periodista Pilar Urbano en las charlas que mantuvieron para que escribiera su biografía. "Nosotros (se refería a los monarcas ejercientes) no somos reyes de ocho a tres".

Cuando dejó de ser la esposa del jefe del Estado su agenda laboral se redujo y sobre todo los viajes de cooperación internacional por varias razones. Una, para no hacer sombra a la reina Letizia, que no es muy partidaria de esas opciones y sí de participar en foros que considera más operativos. Y otra porque su presencia también visibilizaba la ausencia de don Juan Carlos de la vida oficial.

Con la decisión del monarca emérito de jubilarse, doña Sofia comienza también su proceso de renovación. Seguirá en activo y con tiempo también para su ocio.