El reencuentro de la infanta Elena y Jaime de Marichalar para la fiesta de Victoria Federica

Este jueves, Victoria Federica celebra su puesta de largo en El Chaparral, la casa que fue del marqués de Mondejar y que la familia ha cedido para la gran fiesta de la nieta preferida de doña Sofia. Froilán lo es de don Juan Carlos. Puede ser que los Reyes eméritos asistan y coincidan fuera de lo que hasta ahora era la agenda oficial. En este caso depende del jubilado real, que hasta ayer se encontraba en Sanxenxo preparándose para el campeonato del mundo en Finlandia.

Los desencuentros en la familia Borbón Grecia y familiares directos son habituales, pero hay circunstancias en las que hay que superar las afrentas personales. El jueves por la noche, la infanta Elena y Jaime de Marichalar no tendrán mas remedio que coincidir. La casa es grande y con varios salones más un inmenso jardín donde jugar al ratón y al gato para no verse las caras es prácticamente imposible.

Los padres sí lo pudieron hacer en Sevilla cuando Victoria participaba en su primer acto oficial en la exhibición de enganches en la que fue nombrada madrina. Ese día, la duquesa de Lugo estuvo en el palco de la Maestranza acompañada del presidente del Real Club de Enganches, Jesús Contreras Ramos, y miembros de la corporación. Marichalar estuvo en la grada y no se cruzó palabra con su exmujer. Cada uno por su lado y sin hablarse. Una situación a la que están acostumbrados los hijos y por lo tanto tienen asumido que la relación que mantienen sus padres es gélida.

Marichalar sale perdiendo

Mientras fueron menores, el trato entre los padres era necesario a la hora de tomar decisiones con respecto a los estudios o la vida cotidiana de Froilán y Victoria. Nunca acudieron juntos a las tutorías salvo cuando era imprescindible por petición expresa de los profesores. En este sentido siempre ha salido perdiendo Marichalar, que para no tener conflictos aceptaba los cambios de fines de semana que le imponía la infanta Elena. Eso sí, dejando clara su postura y comentando su mosqueo a los amigos más cercanos.

De las pocas veces que coincidieron fue cuando Froilán estuvo ingresado en la clínica Quirón al dispararse con una escopeta en el pie. Y algunos de esos encuentros eran muy tensos y daba igual que el personal sanitario estuviera presente. La infanta Elena llegó a culpar a Marichalar por no estar pendiente del chico. En cambio, el padre no le ha devuelto la pelota cuando el hijo ha tenido broncas callejeras.

Froilán vive con su madre y por lo tanto se suponía que tenía más control sobre él. Ahora sucede lo mismo con Victoria, muy apegada a su padre. La posadolescencia está resultando muy complicada para la infanta Elena. Los vecinos están acostumbrados a las discusiones entre madre e hija.

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Cuando ya fueron mayores, eran ellos los que decidían si se quedaban con papá o el plan de mamá era mas divertido. Una técnica habitual en los hijos de divorciados y que afectaba al exduque porque no tenía forma de contrarrestar los privilegios que supone formar parte del organigrama real. Varios de los viajes a Ginebra para visitar a la infanta Cristina y su familia se llegaron a programar de un día para otro y en fin de semana que Froilán y Victoria debían pasar con el padre.

Han transcurrido diez años del que ha sido el primer divorcio en la familia real. Poco ha cambiado la relación entre ellos desde el famoso comunicado que anunciaba el cese temporal de la pareja. Este jueves volverán a encontrarse aunque es muy posible que no sea necesario el contacto visual. Si Victoria mantiene la tradición, su primer baile de su puesta de largo será con su padre.